La isla es preciosa, para mi gusto muchísimo más que la de Culatra. Tiene muchísimo encanto. Merece la pena ir en pareja, es súper romántica. La disfrutamos muchísimo. Las casitas de pescadores son muy típicas y pintorescas. Las calles están sin asfaltar, son de arena. Merece la pena recorrer la isla de punta a cabo y descubrir sus rincones. Es como retroceder en el tiempo. En la playa hay dos bares. Los precios son algo más elevados que lo habitual, pero tampoco disparatados. Para llegar a ella se puede coger el ferry o el taxi acuático en el muelle de olhao. Vine enamorada de aquella isla. La recomiendo al 100%.

LO MEJOR: Ve temprano porque aparcar por Olhao es una odisea. Compras tu ticket de ida y vuelta (4 euros por persona) y embarca en el ferry. Ojo a la vuelta, ponte en la cola media hora antes porque puede ser que no tegas sitio y tengas que esperar otras dos horas al siguiente ferry o coger barca-taxi por 35 euros. Allí, disfruta de la magnífica playa de agua cristalina, arena fina, en un entorno de casitas paradisiacas. Si los niños aguantan el agua fría, es fantástico para ellos porque hay metros y metros sin profundidad. Para almorzar recomiendo el chiringuito Maramais, sandwiches fríos o calientes por 5 euros, pero ve a las 13:00 H. local o esperaras larga cola. LO PEOR: Como ya dije, los aparcamientos en el pueblo y las colas del ferry y restaurantes, pero si sigues mis sugerencias no tendrás problemas y disfrutarás en lugar de estresarte.