No entramos al museo en realidad, sino que subimos al observatorio que está al frente del edificio, por el mismo acceso, pero sin pagar la entrada, vas directo al ascensor y subís a uno de los miradores más bonitos y simples que he visto.
Es muy pequeño, pero con un método muy simple e ingenioso te muestran un panorama 360º de los puntos más destacados de la ciudad.
Imperdible y poco promocionado!