Este taller no solo es muy recomendable, sino que es imprescindible en tu visita a Milán.
Intrépido, erudito y observador, el anfitrión te convierte en un local más. Y para mí esa es la magia de un taller como este: poder sentir, comer y cocinar como un auténtico italiano.
Se nota que domina a la perfección la historia y cultura de su país.
Nos enseñó los secretos para hacer una pizza napolitana genuina.
Y quedó deliciosa!
Además, el tiempo pasa volando y Armando cuida cada detalle de tu experiencia para que te sientas cómodo y te diviertas en todo momento.
Sin dudarlo, nuestro viaje no habría sido igual sin hacer este taller, nunca lo olvidaré.
Gracias, Armando, por tu dedicación y pasión por lo que haces☺️