Lugar entrañable y muy popular para los húngaros en verano. Fuimos con unos amigos locales a ver un espectáculo de bandas de música tradicional húngara y salimos molidos de tanto bailar. La gente, amabilísima, con ganas de fiesta, daba gusto estar ahí.
Comida local, precios muy bajos comparados con los del centro.
En resumen, una experiencia muy divertida. Lo recomiendo al 100%