El viaje fue fantástico de principio a fin. Desde la conducción de Alejandro hasta la orientación de Benjamín, la pasé absolutamente fenomenal. Como la comunicación se dio principalmente con Benja, debo resaltar mucho su calidez en el trato, siempre muy solícito y con gran capacidad para generar un ambiente de confianza. En el viaje, pasamos por dos puntos clave: la vitivinícola In Situ, donde hicimos degustación de excelentes vinos y un lugar que podría calificar de espiritual por toda la calma que posee; y la zona del lago Inca en Portillo, adonde me encantaría volver y quedarme por más tiempo, especialmente en invierno. Aparte, el hotel se ve muy acogedor y la comida es muy buena. Hubo otros puntos adicionales, pero diría que los mencionados fueron los esenciales.