Se trata de un Club de Blues auténtico, de lo mejor que se puede encontrar en Chicago. La banda que tocó anoche era fantástica, desde la voz negra de la cantqnte de soul-blues hasta los personajazos que tocanan guitarra, bajo, teclados y batería, cada uno más pintoresco que el anterior, pero todo musicazos. Ambiente muy bueno, con gente de Chicago y turistas, todos amantes de la buena música. Muy recomendable. No hacen reservas, entras desde las 20h y hasta que se llena (anoche pudimos entrar 21:30), precio entrada 12$, merece mucho la pena.