En nuestro viaje a Nueva York marqué en el mapa la visita al edificio de la ONU porque es un lugar emblemático de la ciudad, muy importante y archiconocido en el mundo entero. Fue emocionante contemplarlo en persona, ser consciente de la intención primigenia de la construcción de un estamento así aunque, desgraciadamente, tenga tan poca importancia REAL para tanto dirigente desaprensivo que pululan por este mundo nuestro cada vez más injusto, desalentador y decepcionante. Porque mientras existan guerras y hambre, este edificio poca eficacia tiene. Lo que más me gustó es la escultura del artista Carl Fredrik Reuterswärd titulada «The Knotted Gun», también conocida como la «Non-Violence Sculpture». ¡Ojalá se le hicieran un nudo así a todas las armas del mundo!