CRÓNICA 1 DEL GUAVIARE – Marzo, 2.024
INTRODUCCIÓN
Feliz de haber conocido otra hermosa región de este paraíso que nos tocó en suerte inicio estas crónicas sobre este mi primer viaje al departamento de Guaviare, región gigante de esta Colombia que apenas ahora vamos descubriendo, de nuestra historia, de nuestras identidades, en esta belleza de territorio.
Digo “primer viaje” pues he decidido que volveré tan pronto como pueda, ya que las condiciones actuales lo permiten y por supuesto deseo continuar enterándome sobre esa otra Colombia, que parece otro mundo, para quienes siempre han vivido en ciudades grandes de nuestras cordilleras.
Me gusta dejar un testimonio personal de estos viajes para, pasado el tiempo, revivir momentos mágicos, sentimientos antes sentidos, que llevaré por siempre conmigo. Podré así regresar tantas veces como yo desee.
Mis inquietudes por la “otra Colombia”, la ruralidad, el campo, sus habitantes, sus saberes y las limitaciones de un sistema que la ha mantenido en imperdonable olvido comparando con los habitantes de las ciudades capitales, provienen de mi niñez, cuando al terminar los períodos de colegio siempre la familia se trasladaba al campo, a las fincas. Teníamos así la oportunidad de respirar el aire de esa otra Colombia, diferente, genuina, elemental y sabia, que tantas cosas me enseñó sobre el alma campesina.
En un avión de SATENA me embarqué muy temprano en la mañana helada de esta Sabana de Bogotá, de un lunes de Semana Santa, lleno de expectativas e ilusiones, anhelando el clima cálido de mi destino en San José.
Lamentablemente por el aire acondicionado del avión, estuve temblando todo el vuelo, que se me hizo eterno pues, aunque pedí a la azafata que por favor bajara la temperatura del avión, creo que, por el contrario, la elevó. Así llegué medio congelado al aeropuerto de San José.
Y allí todo fue diferente. Nos identificamos con otros viajeros de ECOGLOBAL, nuestra agencia de turismo. Esa inmensa llanura nos acogió con un aire cálido, que sentí como un amoroso abrazo en una ciudad donde todo era entonces un enigma para mí. En esta poca de finalización del verano, se presenta un clima muy agradable, suavemente cálido.
Nuestro hotel lo encontramos justo cruzando la calle desde el aeropuerto y fuimos recibidos por nuestro guía Nevio, de GEOTOURS DEL GUAVIARE, agencia de la zona, quien, fue nuestro ángel de la guarda en esta bella aventura.
Comienzo por relatar lo que supe sobre porqué el nombre de San José.
Una versión difundida dice que su fundación se debe a la llegada de un fraile que recorriendo la parte sur de la llanura arribó a este sitio en 1.910, un 19 de marzo, fecha del santo según el calendario católico.
No es la primera vez que acudo a esta media Colombia sur de nuestro país. He visitado Leticia, Puerto Nariño (en el sur-sur), buena parte de los Llanos Orientales (Meta y Vichada), el ahora departamento de Guainía y he ido postergando conocer Putumayo y el Guaviare, que ahora inicio con este primer viaje.
En cuanto al departamento del Guaviare he sabido que ha sido objeto de muchos cambios en su dependencia de las autoridades nacionales. Me refiero a que, en sus inicios, cuando la denominada “Conquista” por parte del Imperio Español, el Guaviare hizo parte de la Provincia de Popayán. Luego se adscribió al departamento de Boyacá (época de la Gran Colombia), para posteriormente hacer parte del Caquetá, que a su vez pasó a conformar la entonces Comisaría Especial del Vaupés. Más adelante se creó la Comisaría del Guaviare, con la capital que hoy continúa siendo, en San José del Guaviare.
Por último, la Constitución Política de 1.991 designó al Guaviare como departamento.
¿Y qué significa GUAVIARE? He leído que la palabra Guaviare proviene de la lengua indígena GUAYUPE y que hace referencia al río Guaviare, importante afluente del río Orinoco que delimita las regiones de la Amazonía y la Orinoquía colombianas.
Releyendo los relatos de Alfredo Molano en su libro “Selva Adentro” (que citaré varias veces en estas notas) y de Sandra Bermúdez en artículo escrito en 2.017, “La colonización de esta parte de Colombia estuvo marcado por varias etapas históricas; la primera, de 1.920 a 1.950 fue generada por el auge de la extracción de quina, tigrillos, caucho y madera; la segunda, la de 1.966, se derivó de la violencia política en Colombia, lo que dio lugar a grandes desplazamientos de campesinos.” Debe indicarse que ya hacia 1.968 se presentó una nueva ola de migración a causa de razones políticas.
Finalmente, en los años 80 del siglo XX, toma auge el cultivo de coca, que atrajo numerosos colonos, tema al que dedicaré una especial sección de estas notas de viaje.
Supe así entonces que el Guaviare cuenta con “… diez resguardos indígenas, en los que habitan familias sikuani, tucano, desano, cubeo, puinave piratapuyo, curripaco, guayabero y nukak (comunidad nómada contactada oficialmente
apenas en 1988). Todos los resguardos indígenas cubren el 60% de la jurisdicción municipal; el solo Resguardo Nukak tiene 954.480 hectáreas de las cuales comparte 44.900 con el municipio vecino del Retorno y cubre el 56% de la extensión del municipio”.
En una de las actividades programadas por Geotours, asistimos como grupo a un baile indígena y a una deliciosa comida típica de cachama, asada de una forma bastante especial, experiencia que también amerita una especial sección más adelante.
Entrando en materia, anoto que este bello territorio lo conforman serranías, lagunas, saltos naturales, formaciones rocosas, raudales (o estrechos en los ríos), pinturas rupestres y hasta dunas propias de tierras áridas, así como miles de especies de fauna y flora. Una riqueza que apenas ahora comenzamos a apreciar.
Más adelante tendré oportunidad de referirme a “La Serranía de la Lindosa”, “La Ciudad de Piedra", “Los raudales del Guayabero”, “Los Puentes Naturales”, “Los Túneles”, “La laguna negra” y “La Pueta de Orión”, lugares que visitamos con asombro y emoción, siempre con el buen ánimo y alegría de nuestro guía y de ese grupo maravilloso de viajeros con quienes tuve la buena suerte de compartir esta semana inolvidable.
Y NUESTRO GRUPO FELIZ
Tal pareciera que nuestro Grupo, este núcleo humano de diez personas (nueve excursionistas y nuestro guía que se integró totalmente con todos nosotros) personas, hubiésemos viajado juntos otras veces, otras muchas otras experiencias de viajes, pues el ambiente siempre fue de camaradería, comentarios positivos, de risas y sudores por las caminatas, así como de bromas, quedándome lamentablemente muchas otras vivencias y experiencias pendientes de relatar.
(En esta foto con dos turistas más y otro guía)
Sintetizando apretadamente parte de la historia de esta bella región me enteré que la actividad de iglesia católica en estas tierras del Guaviare fue importante. Que se remonta a mediados del siglo XVII cuando los jesuitas y carmelitas hicieron presencia en esta región con la idea de evangelizar a los pueblos indígenas a través del río Negro, por el río Vaupés. Y otra de la parte norte, con las primeras misiones en los Llanos Orientales. Fue ya en el siglo XVIII cuando las misiones franciscanas llegaron a la zona para evangelizar y apoyar algunos grupos indígenas.
Los relatos conocidos hablan de que en las vegas altas de los ríos de la región, habitaban pueblos de las familias lingüísticas Guahibo (Guayaberos y Sikuani) y Tucanos, que vivían de la caza, pesca y horticultura. No hace mucho se supo que el interior de la selva ha estado poblado desde hace siglos por los Nukak- Maku.
Se dice que los guayaberos, tribu seminómada, se ubicó en las riberas de los ríos huyendo de quienes practicaban las “guahibadas” (cacerías de indígenas que terminaban en matanzas y que se dieron hasta bien entrado el siglo XX.
En cuanto al importante fenómeno de la colonización proveniente del interior, hacia esta región, quienes ocuparon el territorio inicialmente fueron: 1. Quienes huyendo de la violencia bipartidista (Odios entre liberales y conservadores) penetran el río Guayabero bajando por la cordillera, desde el altiplano Cundiboyacense. 2. Los campesinos en busca de tierra, ingresando por el Ariari. 3. Quienes se acogieron al programa gubernamental de colonización de tierras baldías. 4. Por último, se presentaron los colonos de bonanza sobre quienes espero hacer más adelante un breve relato por el rol que para la historia de nuestro país.
De ingrata recordación en todo este territorio fue “La cauchería” que introdujo inicialmente el comercio, por cuanto exigía el mantenimiento permanente de bienes de uso que se convirtieron en objetos de pago para el trabajo indígena.
Es de destacarse en la zona el papel que desempeñó la multinacional Rubber Development Company, entidad que se encargó de la explotación del caucho y representó un cambio importante en la transición de una economía de subsistencia a una de mercado. Fue creada para proveer del indispensable caucho requerido por el ejército aliado participando en la segunda guerra mundial
Con esta introducción quedo preparado para iniciar el relato de la aventura de los siguientes días.
Nota sobre las fotografías de esta crónica. Algunas fotos incluidas en esta crónica (las mejores) provienen de distintos participantes en el chat que tuvimos en el grupo. Especialmente valiosas son las de nuestro amigo Juan @juanimagen.