Nos alojamos por 2 noches durante finales de septiembre. El hotel está a 150-200 metros de la orilla del mar, que sirve para hermosa tarde y mañana paseos. estaba decorada con varios niknaks y lámparas austríacas que le dio un toque auténtico.
El dueño era muy simpática y grandes lugares recomendados y restaurantes en la zona. desayuno en el hotel fue muy satisfactorio (huevos, queso y fiambres variado, panes variados, yogur, cereales, zumos y café o té).
Nuestra habitación era un poco pequeña, pero tenía una cama muy cómoda, una caja fuerte, un baño y redecoradas gratis (y rápido) Wi-Fi.
Sólo contras eran que no hay ascensores y habitaciones están situadas en la 2ª y 3ª plantas, así que puede que no sea considerado accesible para discapacitados, el agua necesaria para un minuto antes de que se pusiera cálido y la televisión en la habitación, que no necesitamos de todos modos y no probar, era muy pequeña.
Para resumir, nos lo pasamos de maravilla aquí y me sentí la dueña mostró verdadera hospitalidad.
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