Bienvenido a Hospederia El Cedro, tu segundo hogar en Robledo de Chavela. Hospederia El Cedro tiene como objetivo conseguir que tu visita sea lo más relajante y agradable posible, razón por la que tantos huéspedes siguen volviendo año tras año.
Hospederia El Cedro ofrece una gran variedad de servicios en la habitación, como aire acondicionado, y puedes permanecer conectado, ya que hay wifi gratuito disponible.
La casa de huéspedes ofrece terraza-solario, cafetería y mobiliario exterior, para que tu estancia sea incluso más agradable. El establecimiento también cuenta con restaurante. Los huéspedes que lleguen en coche tienen acceso a parking gratis.
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Hospederia El Cedro te acerca a lo mejor de Robledo de Chavela, tratando de que disfrutes de una estancia relajante y agradable.
Si estás buscando un lugar en el que descansar o ir con tu familia a desconectar cerca de Madrid, este es el sitio. Es un hotel con mucho encanto, con un jardín romántico donde puedes cenar o desayunar. Las habitaciones están muy bien, las camas son grandes y el desayuno (bastante correcto) está incluido. Tiene servicio de cena, menú a 15 euros con bebida y postre incluidos, lo cual es de agradecer porque el hotel está bastante alejado del pueblo (era lo que buscábamos), en un bosque, en frente de la estación de tren (aunque los trenes no molestan en absoluto, es más, le añaden encanto). El personal es muy atento la relación calidad precio es buena. Volveremos, sin duda.
Necesitábamos un alojamiento en la zona solo para una noche y si llegamos a saber lo bien que estuvimos, sin duda habríamos avanzado la estancia: el hostal, de época, acogedor; la habitación, perfecta, impecable, con baño reformado al detalle; el bar y la terraza, por la tarde/noche, ideal para desconectar, con una copa al aire libre, y por la mañana, para empezar el día sin prisas, entre un buen café, pasteles caseros, buen pan con tomate, fruta y todo tipo de detalles. Lo mejor: los dos propietarios, jóvenes y con buen gusto, con ganas de gustar (sin apabullar), personificación de paz. Hablando con ellos supimos que van a cumplir un año al mando; de ahí, si os fijáis, la buenas críticas desde el verano pasado. Además, el precio está muy por debajo de lo que uno estaría dispuesto a pagar en un rincón tan auténtico y con tan bien gusto y trato. Si estáis por la zona, no lo dudeis;-)…
Tuvimos un pequeño problemilla a la hora de encontrar el hotel, llegamos a eso de las 21:30 horas y entre que no está muy bien señalizado y la iluminación es pésima hasta llegar al mismo, dimos un par de vueltas hasta que dimos con la carretera correcta (no fiarse del navegador). Hotel muy acogedor, los dueños muy atentos y amables. Optamos por una casita individual ya que íbamos con nuestras mascotas, y decir que nos sorprendió gratamente: estancia amplia y con chimenea incluida. El hotel se encuentra enfrente a un apeadero de trenes, y la verdad es que ni te enteras. No está bien comunicado con el pueblo, fuera del casco urbano. El desayuno muy completo. En cuanto a la cena, estuvo bien, comida sencilla, elaborada, en cantidad suficiente para quedar satisfechos. Único "pero" que pondría es que a partir de las 12 de la noche el portón que da acceso al hotel está cerrado y el propio hotel (donde está la recepción) también, con lo cual, si quieres salir/entrar de madrugada o si tienes una emergencia no hay posibilidad de salir, estás "encerrado" hasta el día siguiente. …
Para disfrutar de la naturaleza está muy bien situado, y el Hotel es muy tranquilo. Las instalaciones están muy bien y muy limpias. Y el ambiente para relajarse es fantástico. Pero lo que le hace infinitamente superior a los establecimientos de la zona son Jose Maria y Belén. Son fantásticos, viajando todas las semanas por cuestiones laborales se agradece y mucho encontrarte personas así, con esa amabilidad.
Tranquilidad. Bien situado, a 5 minutos de la estación de tren de Robledo de Chavela, aunque mal comunicado con el pueblo, por estar fuera del casco urbano. Las habitaciones tranquilas, limpias y acogedoras. Con chimenea y disponibilidad de leña sin límites. Buen desayuno, con bizcochos naturales. El único pero, por poner alguno, el zumo de naranja no era natural. Comidas de menú por 15 euros, sencilla pero bien elaborada. Los dueños sencillamente un encanto, muy atentos y serviciales. Lugar ideal para pasar un fin de semana tranquilo y romántico. Fui en pareja y mi doberman, y en ningún momento me pusieron problema, ni para la reserva, ni en la estancia. Lo único, lógicamente en zonas comunes, debía ir atada.
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