Llevamos muchos años alojándonos en este hotel y cada vez nos gusta más. Situado en un sitio precioso, perfecto para hacer excursiones sin coger el coche. En el restaurante dan una comida buenísima, con productos locales. Los dueños son unas personas encantadoras. Está muy limpio y toman todas las medidas higiénico sanitarias. Muy recomendable
Hemos visitado este magnifico alojamiento después de 20 años que estuvimos de Luna de miel. El lugar maravilloso y el trato recibido super amable y cercano, tanto que nos han hecho sentir como en casa. Los dueños simpáticos no, lo siguiente y siempre disponible para todo. La comida casera y tradicional buenísima hecha por una encantadora mujer super cariñosa y simpática. Las habitaciones acogedoras y limpias con vistas a la montaña. Una estancia de 10, sitio super recomendable para encontrarte con la naturaleza.
Paisaje espectacular, alojamiento acogedor, trato inmejorable, comida asturiana para no olvidar, sendas para todos los cuerpos, medidas Covid a rajatabla. Falta una cosa, más días para quedarse. Los cuatro que estuve se me pasaron volando. Por eso volveré, y pronto. Carlos, Beni, Modesto, lo bordáis. Y por si no es suficiente lo dicho, dos perros que ya querría yo llevármelos a casa, Arturo y Floqui. Dos compañeros ideales para subir a la montaña, cariñosos y afables. También hay algún que otro gato. Lo dicho, estás en casa de tu madre. Eso sí, sin que nadie te diga "no comas tanto que vas a engordar".
Recibimos un servicio impecable. Comida casera fabulosa, y un entorno espectacular. Gracias a Carlos y su familia y también a Arturo, su perro, que nos acompañó en nuestras andainas por sitios espectaculares. Todo fue un 10.
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