El hotel, nuevo, moderno, limpio, está a 5 mins. andando del centro, por lo que es ideal para visitar el Burgo. El servicio ha sido excelente, se han preocupado por darnos el mejor servicio y nos han llamado por teléfono antes de llegar para ofrecernos el servicio de comedor, si queríamos, al estar todos los sitios posibles para comer cerrados. El spa es un punto fuerte del hotel, pero, desgraciadamente debido al Covid-19 y al confinamiento de la Comunidad, estaba cerrado. Las medidas higiénicas en el hotel son las adecuadas ante la pandemia. Las habiraciones son cómodas y amplias las camas supercómodas (cuesta levantarse de lo bien que hemos dormido). Tenemos que repetir y, a ser posible, con spa.
Es un hotel muy agradable.las habitaciones limpias y cuidadas.el spa está bien aunque fallaban algunos chorros.el desayuno en el bufett un poco escaso.en general muy buena estancia.recomendable ..... :-)
El hotel es tal cual se muestra en las imagenes. Nos dieron una habitación con vistas a la catedral, tenia aire acondicionado, todo correcto. Quizás le haría falta un lavado de cara, pues resulta un poco obsoleto pero si es verdad que cumple con lo esencial. Nos hospedamos con una oferta que el propio hotel ofrece en su web, por 79 euros habitación, spa y desayuno. Como oferta nos pareció bien el precio que pagamos, pero no considero que merezca la pena pagar de forma unitaria, 15 euros/ pers por el spa (1 hora) ni tampoco 7 euros/ pers por el desayuno. La ubicación es muy buena, aparcamiento por la zona sin problema!
En plena ola de calor y nos dieron una habitación sin aire acondicionado, con un ventilador para el que tuvimos que pedir el mando. La habitación estaba sucia, hasta con un pañal en la papelera, y varias manchas (algunas de ellas bastante grandes) de algo pegajoso en el suelo. No había botes de hidrogel ni en recepción ni en ningún sitio. No lo recomendamos para ir en familia, caro (95€ la habitación) para el servicio que dan.
Aún habiendo ido más veces y conocerlo muy bien, los 6 días que he estado sola allí han sido una maravilla. He disfrutado del spa, de las vistas a la preciosa catedral del Burgo de Osma y el río, del restaurante y del estupendo trato de su personal, desde los dueños, Estrella y Alex, hasta las recepcionistas y el personal del restaurante. A 17 kms del Cañón de Río Lobos, muy enfocado al deporte al aire libre, en un entorno mágico, y una estupenda relación calidad/precio. Siempre recomendable y repetible.
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