Una casa reformada en habitaciones en una zona muy tranquila de Calella. A solo unos 10-15 minutos del centro, está ubicado en un lugar muy accesible, de fácil aparcamiento y muy, muy tranquilo. Silencio absoluto durante nuestra instancia. Los propietarios son un encanto: es como si estuvieras en casa de algún familiar. El trato excelente y muy agradable. El desayuno variado aunque echamos de menos algo de chocolate. Con zona de jardín y pequeña piscina ideal para tomar el fresco tranquilamente. La habitación espaciosa y con lo necesario. Limpieza correcta. Solo ponemos 3 estrellas porque falla en algunos detalles (colchones no muy cómodos; pedimos cama de matrimonio y nos pusieron 2 individuales juntas que se separaban al juntarnos; marco puerta lavabo con algo de óxido en los clavos que aguantan las tapetas, y al ser de color blanco se veía muchísimo; los botes de jabón en la ducha tendrían que ser de un solo uso; en el armario de la habitación faltaban dos pomos; no hay wifi y la cobertura móvil es inexistente con las 2 compañías que tenemos; precio algo excesivo para los detalles que fallan). Por lo demás todo correcto.…
Es solo dar que están dotados de toallas hay gel hay jabón de ducha y el acceso a una piscina pequeña está todo muy limpio las habitaciones tienen lavabo en el lavabo particular de la televisión resta se está bastante bien probaré otra vez
Pasamos un fin de semana en este B&B y la verdad es que nos sorprendió para bien. Estan acabando de reformar una casa en una urbanización muy tranquila, con piscina y un desayuno muy variado. Incluso puedes pedir platos calientes y te los hacen al momento. Se puede aparcar en la puerta y hay 10 minutos a pie hasta la playa. Lo único malo es que la vuelta es subida :-) La pareja que lo gestiona, Mercè y su marido, son muy agradables. Totalmente recomendable, volveremos seguro.
Lo que más he valorado es el absoluto silencio por las noches dentro del hotel. Es decir, el descanso está asegurado. Se encuentra aproximadamente a 15 minutos a pie del centro de Calella de Palafruguell. Los dueños destacan por su amabilidad, siendo el trato sumamente cordial. Los desayunos más que aceptables. En definitiva es un hotel recomendable y al que yo desde luego volveré.
El wifi no funciona, una extraña excusa sobre algunos problemas de la empresa. No hay agua caliente en la ducha hasta que le pida al propietario que la encienda. Demasiado caro para las condiciones básicas. Si no fuera el último lugar disponible en el área después de una larga caminata, no lo tomaríamos.
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