Hotel Churrut
Información
Hotel Churrut es una magnífica elección para viajeros que vayan a Vera de Bidasoa, ya que ofrece un ambiente romántico además de numerosos servicios diseñados para mejorar su estancia.
Además durante la estancia en Hotel Churrut los huéspedes tienen acceso a espacio para guardar el equipaje y prensa, y puedes estar conectado con wifi gratuito. También puedes disfrutar de bar mientras estés alojado en Hotel Churrut. ¿Necesitas un sitio donde aparcar? parking gratis disponible en Hotel Churrut.
Mientras estés en Vera de Bidasoa, quizás quieras probar algunos de los restaurantes que hay cerca de Hotel Churrut, como Zalain Jatetxea SL (1,1 km), Euskalduna (0,2 km) y Restaurant Auzoa (0,9 km).
Si buscas cosas que hacer, considera Iglesia de San Esteban (0,1 km), que es una atracción popular entre los turistas a la que puedes llegar andando.
¡Disfruta de tu estancia en Vera de Bidasoa!
Ubicación
Opiniones
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- Español
La limpieza está bien, pero debajo de la cama encontramos calcetines que no eran de nuestros hijos, pasada la tercera noche de hospedarnos.
La atención muy buena por parte del personal. Muy amables.
Desayuno acorde a lo que pagas y todo muy rico y casero. Zumo recién exprimido (riquísimo), embutidos, tomate recién rayado, pan del día y crujiente, bollería del día y muy buena, variedad de yogures, un bol de fruta (melón) y frutos secos o miel. En general la comida exquisita y buena.
Lo malo ha sido el ruido constante las 4 noches que estuvimos en el hotel oyendo las campanas de la iglesia.
Se oyen cada 15 minutos (cada cuarto) y después al llegar a y punto, según sea sonaba cada hora. Podéis imaginar al llegar a las 5, 6 y 7 de la mañana teniendo niñ@s en la habitación. Podrían plantearse poner ventanales más gruesos, tipo climalit para aislar el ruido. Hacer mención también al bar de abajo (no es del hotel) que están hasta las 12 ó 1 de la mañana abierto y dormir se hace complicado porque se oye todo los gritos de las personas en la terraza.
Y NO hay aire acondicionado en ninguna habitación. Pasamos bastante calor ya que ponen un ventilador de pie y sinceramente con 30 grados es INSUFICIENTE. Sí además vas con niños o personas con dolencias cardíacas pues no resulta agradable estar en la habitación, sí tienen puesto el aire en el hall (único sitio del hotel donde tienen aparato de aire acondicionado)
El desayuno es en una terraza acristalada con vistas al jardín y resulta muy acogedor. Es tipo buffet y nos pareció correcto acorde al precio, lo mejor de todo fue el zumo natural que una de las trabajadoras nos ofreció, ¡estaba buenísimo!
El personal, tanto el chico que nos atendió por la tarde como la chica del turno de mañana, fue muy amable.
Consta de un párking amplio.
La única crítica constructiva es referente a las ventanas, los cristales son muy finos y no aíslan al cien por cien ni del frío exterior ni del ruido.
¡Pero en general nos encantó! Lo recomendaremos sin duda.
La habitación con buen tamaño, y decoración como el resto del hotel.
El desayuno es variado y la comida del restaurante muy rica y con buenas raciones.
Personal atento y servicial.
Hasta aquí lo bueno.
Ahora viene lo malo.
Si bien puedo aceptar el ruido de las pisadas en el suelo, dada la mencionada edad del mismo, puede formar parte de su encanto, no entiendo unas ventanas viejas de madera y vidrio sencillo que no aíslan del ruido exterior, y eso incluye las campanas de la iglesia sonando toda la noche.
Hoy en día existe el climalit con aluminio de aspecto a madera que sería una mejora más que necesaria.
Además el colchón de la cama era duro y las almohadas incómodas, mal descanso.
Contratamos el cotillón de fin de año, y todo fue de maravilla, cena, uvas, hasta que terminaron las campanadas y el pinchadiscos contratado para la fiesta estuvo 2 horas seguidas poniendo música latina, como si eso fuera Bogotá o Quito.
Si hubiera puesto 2 horas de rancheras mejicanas imagino que alguien del personal del hotel le habría llamado la atención, pero como a las camareras les iba esa música tuvimos que sufrirla sin tregua. Después de quejarnos del perreo y "la gasolina"... puso 5 canciones distintas, pachanga española, hasta que las amigas y novios de las camareras volvieron a pedir su música, momento en que la mayoría de los clientes tiró la toalla ante semejante panorama musical y se marchó.
La fiesta, pagada por todos, la disfrutaron el personal del hotel y sus colegas, vergonzoso.
"Dispuesto a escuchar toda la noche las campanas de la iglesia y si hace muchísima calor estar sin aire acondicionado, el hotel será perfecto"Leer la opinión completa
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