El alojamiento no es un hotel al uso, sino una casona rehabilitada con 6 habitaciones, un solarium y zona común de descanso con cafés y tes de cortesía. Está situado en una calle muy tranquila pero a unos pasos de la zona más bonita del pueblo. La habitación que nos tocó, Pollentia, en la primera planta era muy bonita, de tamaño adecuado, con un gran armario y baño luminoso. A pesar de tener ya unos años, el hotel está muy bien conservado. No le doy una puntuación excelente por 2 motivos: - no te recibe nadie ni a la llegada ni a la salida, te proporcionan un código para abrir la puerta y te dejan las llaves en un sobre a la entrada. Aunque durante la estancia no necesitamos una recepción como tal, si es cierto que al menos para recibirte y darte un poco de información en caso de ser necesario se agradecería ver a alguien en persona. Desconozco si esto es una medida por el Covid o era el protocolo habitual. Y el segundo punto, es que el desayuno ahora mismo se sirve en la cafetería de una fonda de la misma propiedad del hotel. Te permiten pedir a la carta, pero la terraza estaba siempre llena por lo que nos tocaba esperar bastante. No es un desayuno tranquilo en el hotel y aunque estaba bien, es un punto a mejorar. La valoración general muy buena.…
Somos vecinos de alcudia y decidimos celebrar nuestro aniversario, muy buena eleccion, personal muy amable y atento. Buena habitacion y muy acogedor. Estar en el centro del pueblo y parecer que estas apartado del bullicio... zona tranquila para relajarte y disfrutar del descanso
Es un ejemplo de adaptación de la rancia arquitectura a la mejor vanguardia. Magnífica ubicación, magnífico personal y atención al cliente. En fin, lo mejor de Mallorca concentrado en unos metros y un entorno de película. Hedonismo puro, vale la pena.
Una antigua herrería justo en medio del casco antiguo de Alcúdia convertido en un espacio moderno, funcional y con mucha personalidad. Las habitaciones son únicas y el trato excepcional y todo a diez minutos de playas fantásticas.
Las habitaciones son grandes y espaciosas, muy limpias y decoradas con muy buen gusto. El personal, verdaderamente amable. Y la ubicación excepcional. El patio es una delicia, ni un ruido. Nadie diría que a tan sólo dos manzanas tienes el centro del pueblo
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