El hotel es una joya en Zihuatanejo, es precioso, todo, el restaurante es pequeño, con una vista increíble, super bonito, y una atención maravillosa, todos los meseros super amables, y el sabor, todo lo que probé, desde el desayuno con los chilaquiles, el guacamole, las cenas que cambiaban cada noche, de verdad, delicioso todo. Inclusive las bebidas, también muy bien preparadas. La habitación, tuve el privilegio de quedarme en la habitación México lindo, que cosa tan maravillosa, enorme, la alberca increíble, la vista, la hamaca, el espacio para trabajar, el sofá, el baño, en fin, es de verdad espectacular. Hice uso del spa, también, el servicio padrísimo, super bien, la lado de las olas asi que hasta el sonido genial. Y el personal, todo el personal, desde que llegué, hasta que me fui, super amables, super atentos, todo lo que necesité en algún punto, lo resolvieron amablemente, como el bloqueador que se me olvidó, me proporcionaron uno, etc, mis traslados estuvieron listos super puntuales. Me encantó Y, miren, el hotel es muy romántico, así que si es ideal para parejas, pero yo fui sola, y es perfecto también para una de esas escapadas del mundo real en un paraíso en una hermosa playa mexicana, también en soledad. Es pequeño, es íntimo, tranquilo, silencioso, es perfecto. Lo recomiendo ampliamente, y si, sin duda volveré.…