Muy buena atención de todo el personal. especialmente de parte de Naomi. Buena ubicación ( se encuentra en un barrio muy lindo y tranquilo). Trato muy familiar. Habitaciones recicladas. Todo muy limpio. Pasamos unos días increíbles! Super recomendable! Seguramente volveremos.
Nos hemos alojado allí durante la feria de Málaga y muy a gusto. Está a 20 minutos en bus del centro (Calle Larios) y a unos 10 minutos andando de la playa. El sitio da mucha paz, poquitas habitaciones y en una urbanización muy tranquila. Piscina pequeñita donde nos hemos bañado solas todos los días (ha coincidido). Habitación con todo lo suficiente: amplitud, cama cómoda, terraza, aire acondicionado, armario amplio... Desayuno más que suficiente y servicio muy atento. ¡Muy recomendable!
Desde luego es un sitio para ir en verano porque la climatización en invierno me pareció muy deficiente. Parece increíble ir a pasar frío a Málaga. En general el aislamiento es malo y la única calefacción es mediante el aire acondicionado que es malísima. En la habitación había solo una minúscula televisión y ni siquiera una mesa donde poder trabajar. El mobiliario, armarios, puertas, lamparas, está hecho un desastre. La iluminación es prácticamente inexistente. Parece que todo la inversión en este sitio se la llevo la recepción. Estuve en la habitación 104, nada recomendable.
Lo mejor que creo se puede decir siempre de un hotel es que me hicieron sentir en familia. Eso es lo que Frens y Jeroen consiguen cuando estás en Villa Lorena. Un pequeño y encantador hotel con los servicios justos para que tu estancia sea como estar en casa. Las habitaciones son cómodas y luminosas, con los servicios adecuados. Las zonas comunes, sencillas, resultan siempre acogedoras, sobre todo a la hora del desayuno cuando los anfitriones, además de prepararlo en el momento, comparten contigo conversación y experiencias viajeras. La pequeña piscina ayuda a que tu paso por Villa Lorena sea aún más confortable; y el entorno, el barrio malagueño de El Limonar, una zona espectacular a escasos metros de la playa. Recomendable totalmente.
El hotel es muy familiar y decorado con gusto. A mi parecer, la habitación que nos correspondió era muy justa de tamaño, aunque al tener una gran terraza nos sirvió de desahogo y además pudimos disfrutarla por las noches malagueñas que son una maravilla. DIsponen de bicicletas que te prestan por si quieres ir al centro en bici. Son muy amables y nos dieron mucha información acerca de la ciudad. No cogimos el desayuno, pero tienes una cafetera con algún sobre de Nescafé y té. Abajo disponen de una nevera con refrescos, cerveza, benjamines y Barbadillo. Están un poco alejados del centro pero hay autobuses cerca del hotel, entre el centro y el pedregalejo. En cuanto a la ciudad es muy animada, la están arreglando mucho y tiene un montón de sitios para pasear. Concretamente, nosotros fuimos hasta la playa del palo por el malecón y vas atravesando varios barrios con sus peculiaridades.…
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