¿Buscas donde alojarte en Nápoles? Entonces no te pierdas ibis Styles Napoli Garibaldi, un hotel tranquilo que te acerca a lo mejor de Nápoles.
Las habitaciones de los huéspedes ofrecen servicios como televisor de pantalla plana, aire acondicionado y mesa de escritorio, y los huéspedes pueden permanecer conectados con wifi gratuito que ofrece el hotel.
Mercure Napoli Garibaldi Hotel tiene recepción abierta 24 horas, cafetería y cambio de divisas para que la estancia sea más agradable. El establecimiento también cuenta con desayuno incluido. Si vas a en coche a ibis Styles Napoli Garibaldi, hay aparcamiento privado de pago cerca disponible.
Durante su estancia en Mercure Napoli Garibaldi Hotel, los huéspedes pueden visitar Palazzo Reale (2,5 km) y Catacombe di San Gennaro (3,0 km), algunas de las principales atracciones de Nápoles.
Si buscas unos restaurantes de comida mediterránea, considera probar Pizzeria Starita a Materdei, Tandem o La Figlia del Presidente, que se encuentran muy cerca de ibis Styles Napoli Garibaldi.
Lo mejor de todo es que ibis Styles Napoli Garibaldi es una fantástica base desde la que conocer numerosas atracciones de Nápoles, como Castel Sant'Elmo, Castel dell'Ovo y Castel Nuovo - Maschio Angioino, que son castillos populares.
Estamos seguros de que disfrutarás de tu estancia en ibis Styles Napoli Garibaldi mientras descubres todo lo que Nápoles ofrece.
A 2 cuadras cortas de la Plaza Garibaldi y con un cartel luminoso que permite verlo desde lejos, este hotel tiene una excelente ubicación para recorrer el centro histórico a pie. En nuestro caso llegamos en tren a Nápoles Central, pasamos por el Burger King que está en la estación a almorzar y de ahí fuimos caminando en 5 minutos al hotel. La habitación que nos tocó era bastante chica. Una cama, 2 pequeñas repisas a ambos lados de la cama, un placard, un escritorio largo, una silla, un banquito y un banco para la valija. Me faltó espacio para apoyar cosas y para movernos. Pero todo estaba limpio y el agua de la ducha bien caliente. Lo que no me gustó fue que el primer día se terminó el gel de ducha que está fijo a la pared y no lo repusieron. Al segundo día de no tener jabón fui a pedir y me trajeron uno, pero en 2 días la persona de la limpieza debió haber revisado que no había. Otra cosa que se extraña mucho es no tener una heladerita en la habitación. Es importante poder colocar una bebida fría en la heladera para tomar algún medicamento o simplemente para cuando tenemos sed. La vista de la ventana era hacia las vías del tren pero casi no se escuchaba ningún ruido y se podía dormir bien. El desayuno incluye facturas, panes, mermeladas, fiambres, huevos duros, cereales, frutas, jugos y máquinas de café. No hay comidas calientes pero es bastante completo. El wifi está incluido y tiene buena señal, solo que todos los días hay que volver a pedir un nuevo código. En recepción las chicas son muy amables y por lo menos 2 con las que conversé hablaban bien español y se preocuparon por darme toda la información que les pedí. Se agradece la gentileza que ayuda mucho cuando uno viaja por primera vez a una ciudad. El último día salíamos antes de la hora del desayuno y me dijeron que me darían una bolsa con el desayuno para llevar. Esperaba un par de facturas y un sándwich de jamón y queso con una botella de agua para llevar y comer en el tren, pero solo nos dieron un yogur y una manzana. Me pareció muy pobre para un desayuno que uno tiene pagado. Salvo algunos detalles me pareció un buen hotel para alojarse, especialmente cuando uno llega y se va en tren como nosotros. La zona es un poco sucia pero no sentimos sensación de inseguridad, al menos durante el día. Lo mas tarde que volvimos al hotel fue a las 9 de la noche y estaba todo tranquilo.…
Lo único a destacar es la ubicación y la atención del personal. Habitaciones pequeñas con moqueta ( no se a que decorador se le ocurren estas ideas). El baño tiene una semimampara por lo que si te quieres dar una ducha en condiciones se moja todo el suelo. El desayuno es bufet servido, osea tienes que decirles a lo lejos lo que quieres que hay en el bufet y te lo sirve,n lo que hace que pidas rápido y mal porque se forman colas y con escasa posibilidad de repetir café o zumos (según ellos por el Covid, en otros hoteles no aplican esta norma). En unos años este hotel está para derribo.
No pude dormir. Tuve que pedir cambio de habitación de la 401 a la 407, pero ni aún así, encima de las habitaciones están en el tejado los compresores del aire acondicionado y hacen un ruido insoportablemente durante toda la noche. Un desastre
Senzillo. Cerca de la estación Garibaldi, en calle secundària. Desayuno buffet correcto. Baño muy estrecho y la presión de agua en la ducha era insuficiente. La cama no era extragrande pero tampoco pequeña. La habitación daba a las vías, pero sin ninguna molestia de ruidos del tren para poder descansar.
Si bien la ubicación de hotel me daba dudas, no es un inconveniente, la zona resultó ser segura (si bien no es por lejos la mejor zona de Nápoles) La ventaja es estar cerca de la estación y del metro. El hotel es tal como se ve en las fotos, un edificio tradicional de Nápoles, reciclado con estilo moderno. Las habitaciones son cómodas y limpias. Internet es buena. El desayuno es simple pero variado y de calidad. El personal es muy amable (ante un pedido de cambio de habitación no tuvieron problemas,y me ayudaron con el rastreo del equipaje que la alitaia me extravió) Hay habitaciones que dan para atrás en las que se escucha el ruido del tren (no es terrible pero tenerlo en cuenta)
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