Best Western ARS Hotel es una magnífica elección para viajeros que vayan a Roma, ya que ofrece un ambiente para familias además de numerosos servicios diseñados para mejorar su estancia.
Las habitaciones de los huéspedes incluyen televisor de pantalla plana, aire acondicionado y minibar, y Hotel Ars te ayuda a que estés conectado, ya que dispone de wifi gratuito.
También puedes aprovechar algunos de los servicios que ofrece el hotel, como recepción abierta 24 horas, terraza en la azotea y espacio para guardar el equipaje. Además, los huéspedes pueden disfrutar de desayuno incluido durante su visita. Otra ventaja añadida es que hay aparcamiento privado de pago allí mismo disponible para los huéspedes.
Al contar con muchos conocidos puntos de referencia en las inmediaciones, como Mausoleo di Santa Costanza (2,0 km) y Catacombe di Priscilla (2,2 km), los huéspedes de Hotel Ars tienen la oportunidad de visitar con facilidad algunas de las atracciones más populares de Roma.
Cuando te entre hambre, no dudes en dirigirte a Kilo Restaurant, Sbologna ristopub y Manduca Restaurant, que son asadores conocidos por residentes y viajeros.
Si buscas cosas que hacer, considera Coliseo, Villa Borghese o Roman Forum, lugares históricos populares entre los turistas.
¡Disfruta de tu estancia en Roma!
Una antigua villa convertida en hotelito muy agradable. Lejos del ruido de la ciudad pero bien comunicado con autobús ,metro y tren. Habitaciones muy correctas, buena limpieza aunque se hecha de menos un lugar donde tomar algo a la noche. Tiene terrazas pero el bar es una barra que atiende recepción y si solo esta uno pues...... Desayuno normal. Personal agradable y servicial.
Este hotel no está en el centro ni es de cuatro estrellas. Son dos edificios separados con ascensores que no llegan a las plantas, por lo que hay que carretear con las maletas. La habitación no está limpia y la ducha ees mi úscula y también necesita un estropajo. Los accesorios de ducha ponen los justos. No tiene restaurante y el salón de desayunos también es muy pequeño. Lo único bueno es su personal. Fui a este hotel porque iba en grupo organizado, pero no volverè.
Hotel de 4 estrellas que en España estaría considerado como pensión. Habitaciones pequeñas, no cabe ni una maleta abierta, escaleras para subir a las plantas superiores y sin ascensor. Tienes que subirte tú las maletas. Desayuno rídiculo la repostería la sacan con cuenta gotas y poca variedad. Un desastre.
Es un hotel, supuéstamente de 4 *, que: Está situado en un punto imposible de Roma. Como no tiene restaurante, tienes que salir a cenar fuera. Algunos taxis se niegan a llevarte por la noche. Otros consintieron hacerlo pero cobrando cantidades imposibles (40 euros). Moverse por dentro es una tortura porque el uso de ascensores es complicado. Incluso aconsejan no usarlos, pero los tramos de escalera de sube y baja contínuos son imposibles. Mi habitación (309) es tan pequeña que ni siquiera da para abrir la maleta con cierta comodidad. El cuarto de baño imposible de pequeño. Para llegar a la estación de metro más cercana (Conca D'Oro) tienes que recorrer una distancia demasiado grande y solitaria para poder usarlo una vez anochecido. Una compañera de viaje se lesionó un pié por intentar transportar la maleta por aquel vericueto de pasillos y escaleras hasta su habitación. Su lesión le impidió realizar algunas actividades de las excursiones. Este es el hotel que proporciona Travelplan para su circuito por Roma. Pésimo…
Nos dieron una habitación tipo buhardilla de calidad media-baja, Sin ventanas. Sólo había una claraboya. En la Web aseguran que la tercera cama es convencional y nos pusieron una supletoria (sofá-cama) a pesar de que la reserva la hice para 3 adultos (cuando en realidad la tercera persona era mi hija que siempre "sufre" este tipo de camas). El frigorífico era de juguete y no enfriaba. El desayuno bastante limitado para ser un cuatro estrellas. Como aspectos positivos la disponibilidad de planos y paraguas (para la lluvia) en recepción. El traslado del hotel al metro (aunque no es muy necesario) y el acceso gratuito a un ordenador con impresora que me facilitó mucho la impresión de billetes de vuelta. El trato siempre fue correcto y eran en general muy amables (a pesar de no conocer mucho el idioma).…
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