Había visto numerosas fotos e incluso un par de vídeos, pero nada le hace justicia a este hotel cuando lo vives en persona. Es un lugar mágico, que cuando está cubierto de nieve se convierte en el escenario de un cuento o una película. Nuestra cabaña era de las más "pequeñas", y aún así era más grande que cualquier habitación de hotel al uso. La optimización del espacio es excelente (El detalle de la cama-litera sobre el armario es un ejemplo de ello), con numerosos espacios de almacenamiento, haciendo posible guardar toda la ropa en 1 armario y las 4 maletas en otro. La entrada tenía su espacio para botas y abrigos. Todo forrado en madera que le daba un aire "encantado". La cama comodísima, con edredones nórdicos individuales y una manta común (muy muy suave), y toda una barra de superficie en el cabecero. Las vistas espectaculares. Nuestra cabaña era la número 15, que era de las primeras de la segunda fila, y no teníamos "nada" bloqueando la vista (ni obras, ni otras cabañas, ni daba la ventana al camino). Solo pinos, nieve y cielo. A pesar de la pared acristalada, consiguen mantener una temperatura dentro de la cabaña muy agradable, que entras en calor enseguida. Respecto al baño, es un baño muy moderno, con el espacio adecuado. Quizá un poco justo de superficie (no caben 2 neceseres), con toallero eléctrico y calefacción en el suelo. No tiene teléfono, ya que la comunicación con recepción se realiza a través de una tablet que hay en la habitación que también te ofrece información del restaurante, las actividades o el desayuno ( y donde ponen los avisos en caso de auroras!) En caso de que lleves coche, existen 3-4 plazas por cada 8 cabañas (al aire libre) o en su defecto el parking general de la entrada del hotel. Si no tienes coche, la cabaña más lejana está a menos de 5 minutos andando de recepción, pero hay servicio de recogida y transporte (por si hiela o no tienes ganas de salir al frio). Nosotros preferíamos disfrutar del paseo. La recepción es un edificio de madera rústico y muy acogedor, y los 2 recepcionistas con los que coincidimos fueron súper agradables y atentos en todo momento. Está unida al restaurante Rakas, que es dónde se ofrece el desayuno buffet todas las mañanas. Un desayuno MUY MUY completo (incluídos varios tipos de café) y de una calidad EXCELENTE (Hemos sido muy asiduos al salmón ahumado diario y a la variedad de quesos). Y por supuesto, con un par de paredes acristaladas para poder seguir disfrutando de las maravillosas vistas mientras desayunas. Y el horario del desayuno es más "español" que en otros hoteles (de 8 a 10:30h). A parte de las excursiones y actividades de pago, existen un par de actividades gratuitas que puedes disfrutar solo por estar alojado en el hotel: deslizarte en trineo o donut, y el snowshoeing. Muy recomendables tengas la edad que tengas. En cuanto a la localización, está al lado de Santa Park, a 2 km de Santa Claus VIllage (5 minutos en coche) y a 6 km de Rovaniemi (10 minutos en coche). El restaurante del hotel (Rakas) es de buena calidad y te atienden fenomenal (es recomendable reservar) pero si deseas variedad, tanto en Rovaniemi como en Santa Claus Village hay varios restaurantes donde elegir. Es un hotel caro, de lujo. Pero vale cada céntimo. Tanto mi pareja como yo estamos de acuerdo: es el mejor hotel en el que nos hemos alojado nunca.…