Lamentable la actitud del camarero de la cafetería, no entiendo como puede trabajar cara al público. Llegamos a las 15:20 y le preguntamos si podemos comer en el restaurante o es tarde, nos responde que pregunta y nos avisa. Pasan 20 minutos en los que no nos dice nada, decidimos preguntar de nuevo, y nos responde que le han dicho que sí, que nos dan de comer. Después de otros 30 minutos de espera le preguntamos si falta mucho para que nos dejen pasar, a lo que nos responde que la cocina está cerrada, que como va a dejarnos entrar a esa hora. Si no llegamos a preguntarle nosotros nos tiene ahí 2 horas esperando para decirnos que no, después de haber dicho que sí.
Hotel digno para visitar la zona, y poder descansar, calidad precio., inmejorable. La zona de ruta está muy cerquita, la propietaria gustasamente da indicaciones, verdadero descubrimiento para conocer el Jerte y a su naturaleza y la amabilidad de la gente
Hotel pequeñito con un trato muy agradable y muy bien situado para hacer las rutas de la zona. No tiene grandes lujos si no necesita para poder pasar unos días inolvidable conectados con la naturaleza y la belleza del entorno
Mala atención y falta de educación por parte del personal, comida cara y escasa. No volveré nunca, un restaurante así hace flaco favor al bonito valle del Jerte. Local abandonado. El error fue, no levantarnos de la mesa e irnos sin comer.
Queríamos realizar un último viaje con nuestra querida mascota, ante su inminente despedida y no pudo ser mejor. Encontrar un hotel que admita mascotas en Extremadura, región puntera, por la cola, en lo que a los derechos de los animales se refiere y con disponibilidad en Semana Santa, parecería una utopía. Habitación espaciosa y acojedora, vistas excepcionales y el aire más puro que se pueda respirar. El trato, excelente, sobre todo por parte de una atenta mujer, que desde nuestra entrada a la salida se ocupó de que no nos faltara de nada, incluso un desayuno, en la terraza, bastante especial. Del entorno todos sabrán, es el Valle del Jerte, pero decir que el hotel está justo en la entrada de la reserva natural Garganta de los Infiernos, que aunque suene a diabólico, es el lugar más maravilloso que jamás pudimos visitar, al disfrute de nuestros perros, que nunca olvidarán este fantástico lugar. Lo recomiendo al 100%, sobre todo a quien quiera disfrutar de sus mascotas en un entorno idílico y mágico, en una naturaleza en el estado más puro.…
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