Me hospedé en el Hotel Dann tanto a mi llegada a Colombia como en la víspera de mi regreso a México; en ambas ocasiones la experiencia fue excelente. Ciertamente no es un hotel moderno de lujo y la zona del centro de Bogotá puede dar cierta sensación de inseguridad (como en toda gran ciudad de Latinoamérica), pero la atención del personal siempre es de primera. Aterricé en Bogotá de madrugada y llegué al hotel alrededor de las 7:00 am. Tras un vuelo internacional, cansado por no haber dormido bien, esperaba que tan solo me permitieran guardar mi equipaje para poder aprovechar la mañana explorando el centro de la ciudad hasta que llegase la hora de hacer check-in. Sin embargo, fue enorme mi sorpresa cuando en la recepción me dijeron que podía hacer el check-in ya a esa hora y ocupar la habitación sin tener que esperar hasta las 15:00. ¡Ese tipo de atención no tiene precio y resulta de gran utilidad para el huésped que llega cansado! Ocupando la habitación desde esa hora, pude dormir y reponer energías. La misma suerte tuve en mi segunda estancia un par de semanas después: llegué a las 8:00 am desde la terminal Salitre tras un viaje nocturno desde Manizales y, sin problema por la hora, me permitieron hacer check-in y ocupar la habitación. La ubicación del hotel es ideal para explorar el centro (La Candelaria, por ejemplo) y tiene buena conexión en transporte público hacia otras zonas (como Chapinero y la Macarena). De hecho, se puede llegar en Transmilenio desde el aeropuerto (así hice a mi llegada), ya que la estación Las Aguas queda a un par de cuadras del hotel. El servicio de traslado del hotel al aeropuerto, si no quieres usar transporte público, cuesta 35,000 COP (abril 2022) y es fácil de reservar en la recepción. Sobre la Avenida 19 pasan muchas líneas de autobuses que conectan con otras zonas de la ciudad, igualmente taxis que puedes tomar sin tener que esperar mucho. Dado que es zona de universidades, siempre hay movimiento, sea de día o de noche. De hecho, por las tardes-noches de fin de semana, el área desborda de vida nocturna, ya que hay muchos restaurantes y bares a donde los locales acuden a cenar o beber. ¡Por opciones para cenar, no tienes que preocuparte ante la cantidad de establecimientos! Realmente la sensación de inseguridad es más si te alejas de la avenida 19 en dirección a la Av. Caracas o bien hacia el Parque de los Periodistas. La habitación es sencilla, pero cumple con su objetivo: proporcionar un lugar para descansar. A pesar de haber estado en habitaciones que daban a la calle (piso 13), el ruido de la vida nocturna no fue obstáculo para dormir bien. El baño de la habitación es pequeño, pero la regadera tiene una excelente presión de agua caliente (necesaria con el frío que puede hacer en Bogotá). Las ventanas son amplias y permiten una iluminación con luz natural durante el día. El suelo es alfombrado, lo que personalmente no me agrada en un hotel por cuestiones de higiene, pero no se siente sucio para nada. El costo de la habitación incluye desayuno buffet, servido antes de las 10:00 am. El menú incluye huevos, arepa, jugos, cereales, panes, caldos, entre otras cosas, lo cual te permite ahorrar al realizar el desayuno ahí. Pude ver que algunos huéspedes pedían el desayuno a la habitación, pero siendo buffet, lo ideal es mejor bajar al restaurante para poder servirte a tu gusto. En relación calidad-precio, me pareció una excelente opción. No es tan económico como otros establecimientos que puedes encontrar en la zona (por ejemplo algunos hostales u hoteles menores), pero su ubicación en una avenida importante, poder hacer el check-in varias horas antes de lo marcado y contar con una atención de primera en todo momento, fueron suficientes para mí. Lo recomendaría sin duda a quien quiera hospedarse en el centro de Bogotá.…