Casa del Tejadillo es una magnífica elección para los viajeros que visiten Cartagena, ya que ofrece un ambiente romántico, además de numerosos servicios diseñados para mejorar tu estancia.
Los puntos de referencia que hay por los alrededores, como Plaza de San Diego (0,2 km) y Templo de Santo Domingo (0,5 km) hacen de Casa del Tejadillo un magnífico sitio donde alojarse en Cartagena.
Las habitaciones de Casa del Tejadillo ofrecen aire acondicionado, y mantenerse conectado es fácil, ya que hay wifi gratuito disponible.
Además, Casa del Tejadillo ofrece piscina, lo que hará tu viaje a Cartagena incluso más gratificante.
Cuando te entre hambre, no dudes en dirigirte a Moshi, Masaki Sushi Wok y Perú Fusión, que son restaurantes de comida asiática conocidos por residentes y viajeros.
¿Tienes ganas de ver cosas? Entonces no te pierdas Ciudad amurallada (0,5 km) y Castillo de San Felipe de Barajas (1,3 km), atracciones populares de Cartagena a las que puedes llegar fácilmente andando desde el b&b.
¡Disfruta de tu estancia en Cartagena!
fácil llegar desde el aeropuerto pues queda cerca de la entrada de la muralla y no hay que dar muchas vueltas. Lejos del bullicio propio de la ciudad amurallada pero cerca caminando a los restaurantes y la zona histórica. En verdad es un buen sitio en la Cartagena antigua. La habitación muy cómoda, buena ducha. Cama muy confortable. El personal es muy amable y el desayuno lo sirven en una mesa grande en donde se sientan los huéspedes, dando una oportunidad para interactuar. Habrá personas a las que no les guste esto, pero yo conté con la suerte de compartir mesa con una persona muy interesante, de buena conversación. la noche del viernes me toco escuchar la fiesta de unos vecinos hasta la 1 de la madrugada, pero en eso el hotel no tiene ninguna culpa. Jhon y Camila muy bien y atentos a cualquier recomendación o solicitud. La piscina suficiente para darse un chapuzón al medio día y en la tarde.…
Una casa antigua muy bien conservada, sitio excelente para descansar. Su ubicación es privilegiada para caminar la cuidad amurallada, muy cerca de la plaza de San Diego y el parque Fernández de Madrid.
La estadía en este hotel es como viajar en el tiempo, al igual que la Ciudad Amurallada. La amabilidad del personal es de destacar: Jhon, Héctor y Sergina. Tuvimos un inconveniente con el agua caliente y nos cambiaron a otra habitación. Cuando regresábamos de nuestros paseos encontrábamos un ambiente tranquilo y confortable. Todo muy pulcro y bonito. La administración y el comedor están ubicados en el piso superior al que se accede solamente por medio de una escalera muy empinada. El desayuno para nosotros no fue el esperado. Mucha comida frita (siempre las mismas). Las mermeladas no eran caseras, y eran reemplazadas por tostados de jamón y queso. Los jugos de frutas y la fruta fresca variados y muy ricos. Es recomendable como lugar sencillo y sin muchas pretenciones.
Un hotel en pleno centro, a precio asequible. Casa colonial, con habitaciones grandes, y una atención al cliente inmejorable. El desayuno "casi" a la carta, y riquísimo. La piscina es pequeñita pero funcional
El lugar es magnífico, es acogedor te dan el espacio específico para compartir contigo o con tu pareja, ideal para pensar para escribir y tomarse un vino la comida deliciosa todavía no me sorprende, pero volver a este Lugar te reciben con sonrisa autentico
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