El trato personalizado. La oportunidad de hospedarme junto a gato. Las bolsas de agua caliente por las noches. El desayuno con las delicias del pan hecho el casa con mermelada y nata. La visita sanadora hacia la montaña y todos sus rincones. Es un lugar ideal para desconectarse de la ciudad y vivir una experiencia cerquita del campo. Chelita y Rosendo grandes anfitriones. En su montaña los árboles hablan y crecen en espiral. El viaje terminó con una bolsa llena de limones que me siguen recordando el olor de su huerto. Muy recomendado
Un ambiente tranquilo recomendado para llegar en familia o en pareja, la atención es excelente te reciben como si fueras alguien conocido de hace muchos años eso hace que te sientas muy bien desde el primer momento. La dueña del lugar hace que tu estancia sea muy acogedora, necesitas de al menos un par de días para conocer la mitad de la Hacienda
La estadía en la Hacienda San Isidro se resume en una sola palabra: encantadora. Es una hacienda de más de 200 años, muy bien tenida y recuperada que hace de la estadía muy placentera. Las habitaciones son muy cómodas, calientes y para quienes sienten mucho frío para estar en los 3 mil metros de altura, tienen calefacción adicional y la cama te espera con unas bolsas de agua bien caliente. La comida es algo especial. Es "comida de casa" preparada con mucho cariño por su dueña, Chelita, quien junto a su esposo Rosendo Jara (un experto conocedor de historia especialmente del lugar), además de una estadía placentera, la hacen una estadía familiar llena de anécdotas e historia. Déjense guiar y prueben todos los platos que preparan ahí. Los alimentos son elaborados con lo que produce la tierra de y la hacienda y son orgánicos y naturales, algo que le hace a la estadía aún mejor. Para los amantes de la chia y los productos "orgánicos de moda", éste es el lugar. Este es un sitio recomendado al 100%. Seguro volveremos con mi familia y amigos allá.…
Un lugar lejos del ruido y el turismo masivo, pasamos muy bien..buena comida, buena conversacion...100% recomendable. Ideal para ir a la reserva Cotacachi Cayapas, son solo cuatro kilómetros por camino de segundo orden.
Puedo decir que el servicio en nuestra primera visita a esta hostería fue de alta calidad. Las habitaciones son preciosas, la comida fue deliciosa y los dueños nos hicieron sentir como en casa. También fuimos los únicos huespedes, eramos cinco personas , entonces tuvimos un trato personalizado. La segunda vez fue un poco diferente ya que el hotel estaba lleno y ya no nos "mimaron" tanto como la primera vez. En las dos visitas tuvimos siempre problema con el agua caliente. La zona es muy fría y es importante que si quieres tomar una buena ducha , el agua caiga caliente y no helada. Es el unico inconveniente. Pero los dueños estaban ya por reparar y mejorar ese problema.
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