primero que nada aclaro que la estadía nos termino saliendo (pagando en pesos argentinos y al dólar blue) 250 USD por noche. para ponerlo en contexto: siempre vamos al sofitel que queda a unas cuadras y que esta vez, no tenia lugar. decidimos ir a buenos aires con tres días de anticipación y ya no quedaba nada de nada por la vuelta, así que en su momento no nos pareció una mala idea este hotel. digo esto porque considero que la evaluación depende mucho de lo que uno pago en ese momento y la realidad, es que ni cerca es un hotel de 250 USD la noche. capaz que si hubiese pago 120 - 150 USD estaba conforme y mi evaluación no era la misma. habitaciones; nos toco una habitación que daba para atrás (por suerte, porque haciendo el check in escuche a una persona que se fue a quejar de los ruidos de la calle, el hotel queda por callao). la habitación en si muy buena, cama muy cómoda, enorme (tenia un estar con sillón y mesa ratona, tipo living y además una mesa de comedor). luego la habitación principal en suite y además en el estar otro baño completo. baño: el baño de la habitación se notaba que era viejo, que lo arreglaron un poco con lo mínimo (le hicieron una lavada de cara, digamos). extremadamente chico (si una persona estaba adentro no se podía directamente abrir la puerta) y la mesada también mini, al punto que no se podía apoyar nada, lo único que entraba era la bandejita con los amenities. el toallero, por ejemplo, estaba con los tornillos flojos y por caerse, además de todo arrumbrado (creo que son mínimos detalles que en un hotel de 250 USD no pueden pasar, tienen que tener mantenimiento constante) el desayuno: LO PEOR DEL HOTEL. el primer día bajamos a desayunar a las 10 AM (el desayuno era hasta las 11 AM) ya no había ni fruta, ni jugo de naranja ni huevos revueltos (pedí, pero no tenían mas, no se reponían) y la poca oferta de panificados que había estaba bastante dura. no solo eso, sino que cuando estaba terminando de desayunar me trajeron un "jugo de naranja" (de sobre, por supuesto, por eso entre comillas) a destacar: los empleados muy buena onda y todos muy amables…
El diseño y la decoración son muy destacables, cálido y elegante. Como experiencia en sí, el hotel es horrible. Si bien nuestra habitación original fue pequeña, no nos importó porque la encontramos linda. De a poco fuimos encontrando detalles inaceptables para un hotel que se vende como de lujo. Lo bueno: muy luminosa, cama cómoda. Sería todo lo bueno que puedo mencionar. Lo malo: extremadamente ruidosa, tanto de día como de noche (daba hacia Callao). De noche el sonido de la calle baja considerablemente pero escuchábamos el sonido del radiador del aire acondicionado y de la caja del ascensor. O sea, insonorizada como la venden, no es. El marco de la puerta dejaba pasar muchísima luz del pasillo, tuvimos que poner una almohada para filtrar algo. La televisión tenía una interferencia muy molesta y solo unos cuantos canales se veían perfectamente. La puerta del frigobar rota, si tratabas de abrirla se caía. En el baño llamó mi atención que la llave del grifo del lavamanos tiene una forma rara, será muy lujosa o moderna pero es tremendamente incómoda para el usuario. Pedimos cambiarnos de habitación debido a que el ruido no nos dejaba descansar y terminamos en una habitación que nos pareció menos ruidosa (aunque toda la noche escuchamos las cajas de aire acondicionado) y que no daba hacia la calle. Tenía un olor como si le faltara ventilación y a la mañana siguiente pudimos ver que era increíblemente oscura. A plena luz del día no podrías tener las luces apagadas. El desayuno poco variado. Lo único que me gustó fue el jugo de naranja. El café prefiero olvidarlo. No volvería a comer en su restaurante tampoco, nos sirvieron una entraña que estaba dura como una suela. Este hotel es un quiero y no puedo. Mucha ambición, mucha madera y espejos pero se caen en detalles pequeños y grandes que no permiten una estancia placentera. Le deben todo a su personal: educados, simpáticos, serviciales, atentos. Verdaderos profesionales. Solo alcanzamos a estar una noche, cambiamos nuestros planes y nos fuimos a otro lugar. El servicio que ofrecen no se condice con lo que cobran.…
Hotel excelente, pequeño pero con muy buen espacio de habitaciones y una atención excepcional, tantos años viniendo a Argentina por distintos hoteles y ahora que descubro este, definitivamente siempre volveré. Hay que remarcar que la atención del personal, es realmente estupenda.
El hotel está muy bien ubicado, la atención del personal es excelente, muy buen desayuno, cuartos cómodos, pero los cuartos que dan al fondo son muy oscuros. No me volvería a quedar en uno de los cuartos que miran al fondo, salvo que fuera un piso alto.
Nos hospedamos con una amiga durante 3 noches . Aún estamos aquí! La ubicación es espectacular , en Recoleta, una zona hermosa ,con todo cerca y segura . La atención del personal es espléndida , siempre amables y bien dispuestos a atendernos. La habitación es muy amplia, tal como se ve en las fotos, con frigobar , caja de seguridad ,cafetera Nesspreso con reposición de cápsulas . Las camas son súper cómodas , las almohadas sublimes , las sábanas de excelente calidad . El baño es muy amplio, tipo Spa. La ducha tiene una potencia perfecta , es amplia , ofrecen batas y ojotas. En nuestro caso nos toco un balcón privado a la calle, ideal para desayunar o merendar. No hemos usado el servicio a la habitación pero escuchamos que otros si lo hicieron y es muy bueno. El desayuno tiene varias opciones deliciosas y saludables en un ambiente moderno y cálido. Ayer llovía mucho y nos prestaron paraguas ☂️. Definitivamente volveremos y lo súper recomiendo…
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil