Muy recomendable. Excelente ubicación. Profesionalismo y hospitalidad. Admirable atención al cliente. Estructura pequeña de personal para una gran calidad de servicio. Sin duda un establecimiento para invitar a conocer con el boca a boca. No puede oponerse a todos estos atributos que sea setentoso o que las habitaciones no sean inmensas, la atención casi personalizada supera cualquier detalle frivolo. No quiero olvidarme de los desayunos...sin desperdicio
La ubicación del hotel es excelente. Prácticamente sobre la playa y con abundante oferta gastronómica en las cercanías. El hotel es sencillo, pero de buen gusto, cálidamente ambientado, con detalles amorosos. El servicio es excelente. Todo impecable en cuanto a limpieza, buenas sábanas y toallas, amenities que se renuevan a diario. El desayuno variado y abundante, incluye panes, facturas, alguna torta casera, frutas, jugo, fiambres, infusiones. Se trata de una empresa familiar. Lorena, la dueña, muy amable, serena y a la vez con mucha pila , dispuesta a auxiliar en lo que sea necesario. Roberto, su marido, más retirado ahora del hotel, dándole tiempo a la charla interesante y distendida. Jazmín, una de las hijas, con una sonrisa sincera y simpática permanentemente. Se respira todo el tiempo alegría, serenidad y buena onda. Divinos los empleados, cada uno en lo suyo. Nicolás y María, solícitos, atentos, procurando que no falte nada en el desayuno, con un trato muy cordial, distendido y respetuoso. Ramiro, el sereno, recibiendo por la noche siempre con una sonrisa. Capítulo aparte para Coco y Felipe, los perros que siempre están dispuestos a recibir mimos y que son fieles custodios de la esquina durante el día. Una delicia jugar con ellos y ver el amor y el cuidado que la familia les brinda. Hermosa experiencia. Estuvimos hace unos años y no nos arrepentimos de haber repetido la experiencia. Íbamos a volver y volvimos. Un placer…
estuvimos en Marzo 18, nos sorprendió la calidez de todos quienes atienden el Hotel, se preocupan que uno este cómodo y pueda disfrutar la estadía. Desayuno mas que aceptable y estar frente a la playa, impagable... ya tenemos hecha la reserva para este Marzo
La ubicaciòn es muy buena pero...las habitaciones son muy pequeñas, la que nos toco a nosotros, la nùmero 10, ubicada al lado del salòn del desayuno ademàs de pqueña muy ruidosa, desde las 8 hs se escucha al personal preparando el desayuno ademàs de los pasajeros golpeando sus puertas al entrar y salir y las charlas que resuenan en el pequeño pasillo que da a las habitaciones. La habiraciòn matrimonial con goteras sobre la cama. No tenìa tomacorrientes bajos para conectar elementos electricos. La silla de ese balcòn estaba rota. El picaporte del lado interiior de la misma habitraciòn estaba roto. Los controles remotos no tenian pila. Solo rescato la ubicaciòn, la atenciòn esmerada de Jazmìn en recepciòn, Ramiro el sereno y Nicolàs el mozo en alguna medida pero advierto. Desayuno de 9 a 11 pero a las 1045 podes serntir alguna premura para que desayunes rapido y te retires. Balneario Popoye enfrente muy ruidoso con churreros y silbatos desde temprano y automovilistas con su musica parando frente al hotel. No tiene ascensor. Se escucha la empleada pasando la barrealfombra en el cuarto de enfrente. Si te gusta dormir hasta tarde con tranquilidad no te lo recomiendo.…
nos gusto mucho la calidez en la atencion desde Lore, la dueña hasta cualquier colaborador, muy buen desayuno, muy buena limpieza, sin lujos pero es para volver varias veces... estaremos ahi el proximo verano
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