Casa Aida es uno de los hostales con un ambiente especial. Está situado en un entorno tranquilo, con un montón de caminatas. La comida es realmente fantástico y servido por un fuego abierto. Las camas son increíblemente cómodas. La familia que dirige este lugar no podría ser más amable. Uno de los mejores albergues que he estado en este viaje. Altamente recomendado.
Me alojé en el albergue por una noche y fue recibido con un trato tan agradable de Aida el anfitrión. Ella es un anfitrión tan acogedor! Que quiere que su huéspedes, realmente te sientes como en casa. Ella me dio un tour muy bonito del hostal incluyendo un poco de historia sobre él, así como de sus plantas. Elegimos algunos aguacates y ella me ofreció algunas de sus guacamole recién hecho, que era delicioso. Mi habitación estaba limpia así como el baño con ducha de agua caliente que utilicé. Las vistas de las montañas son realmente geniales. Hay un autobús público que va de en frente del hotel cada 15 minutos que te lleva a Ibarra para 30 céntimos. Hay pequeñas tiendas cerca del albergue en caso de que necesite algo. La noche era completamente tranquilo perfecto para conseguir…
Casa Aida es un refugio acogedor antes y después de la escalada Imbabura o si sólo necesitas un lugar para descansar en sus viajes. Deliciosa cena y desayuno. Se puede organizar una excursión de un día por un guía por la montaña y organizan un ascensor hasta la senda y tire en un almuerzo y una botella de agua. Gran lugar recomendado por muchos durante los últimos 43 años y las puertas siempre están abiertas para los viajeros sin necesidad de reservas.
Casa Aida es un lugar único debido a la excepcional calidez, inteligencia y humor de su dueño, la señora Aida. Una rica historia está disponible para cualquiera que se toma el tiempo para escuchar las historias que rodean la abundante y de buen humor. El hostal también ofrece un excelente punto de partida para explorar las montañas de los alrededores, incluyendo Imbabura. Altamente recomendado.
Mi pareja y yo tuvimos la buena fortuna de alojarnos aquí el año pasado. Aparte de estar en un lugar precioso con acceso a algunos increíbles paseos, Aida nos mostró la cálida hospitalidad, ella tiene muchas maravillosas historias que contar, y su cocina está fuera de este mundo! Como visitar a su abuelita favorita! Recomiendo encarecidamente este lugar.
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