Queda al medio de la isla y llegas rapido a todos lados, tiene una vista maravillosa.Mi mejor eleccion fue elegir esta posada, tuve el agrado de estar varios dias en esta isla y pude ver los alojamientos y recomiendo al 100% ya que es el mejor para mi. La atencion de los dueños, siempre al servicio de los huespedes, la comida muy rica, en el desayuno cuando viene incluido tener en cuenta que si queren ejemplo un chocolate con tostadas y huevo, el huevo se paga aparte alrededor de 6.000 colombianos. Te alquilan moto bici o mula.Muchisima comodidad, te hacen sentir parte de ellos.
Una posada acogedora como todo lo que posee la mejor isla del caribe colombiano. Excelente atención, desayuno muy rico y si se quiere se puede cenar allí, donde ofrecen platos ricos para pasar el hambre. La habitación limpia y cómoda. También alquilan bicis y motos (las bicis no son tan recomendables porque Providencia es una isla con muchas subidas y bajadas, por lo que pedalear con el calor y la humedad es sumamente desgastante).
La posada es limpia, amplia y hay servicio de desayuno y cena. Hay préstamos de motos. Hay aire acondicionado y baño privado. La cama es cómoda, hay WiFi y TV. No ofrecen almuerzo, la idea es almorzar en las playas donde es muy rico y de calidad.
La posada es atendida por sus dueños, una familia con varios integrantes, que tratan de atender todas las necesidades que uno tiene como huesped. Las habitaciones son muy comodas y amplias, con aire acondicionado y frigo bar. Además hay terrazas en los 3 pisos muy amplias, para disfrutar de una lectura o una cerverza por la noche. Está a 5 minutos del aeropuerto. Totalmente recomendable.
Pequeño hotel atendido por sus propietarios, todos muy cordiales, quienes solícitamente nos ayudaron con todo desde el mismo momento del check-in: información, desayuno, servicio de lavandería, transporte, tours (recomendamos, a ojo cerrado, el tour a Cayo Cangrejo con los señores Derrick y Samuel en su lancha con fondo de vidrio!). Posada Enilda está ubicada sobre la carretera que circunvala la isla en un sector muy tranquilo llamado Agua Mansa, a 4 km del aeropuerto y a 7 km de la zona comercial,. No existen buses en la isla por lo que nos hizo mucha gracia ver señales y paradas (dicho sea de paso, hermosamente decoradas con fauna local). Nos hospedamos en el segundo piso de la parte frontal del hotel frente a una pequeña terraza, zona que recibe el sol intenso de la mañana y desde donde se puede ver el mar a cierta distancia. El hotel tiene un hermoso jardín por donde se pasean (como en el resto de la isla) pequeñas e inofensivas lagartijas de colores. Las habitaciones son modestas pero aseadas, cómodas, con baño privado, aire acondicionado, buena iluminación y ventilación; tienen un televisor pequeño de pantalla plana y un pequeño refrigerador vacío para guardar alimentos o bebidas. Todo es muy seguro y tranquilo, a diferencia de lo que vimos en la isla de San Andrés, puerto obligado para llegar a Providencia. Se puede viajar en avionetas de 18 pasajeros (20 minutos) o en catamarán (3 horas), pero este viaje es bastante agitado según comentaron otros turistas. En cuanto al transporte local, cualquier recorrido en taxi a la fecha cuesta Col$25.000. Los moto-taxistas cobran Col$5.000/persona a cualquier destino de la isla. Se puede alquilar una 'mula' (carrito tipo golf) Col$100.000 a 160.000 (el costo depende del tiempo y número de pasajeros) o una motocicleta entre Col$30.000 y 80.000 (mínimo 3 horas, máximo 24 horas). El hotel hace los arreglos necesarios para el alquiler y también renta bicicletas. El desayuno está incluido en la tarifa del hotel con varias opciones (la fruta es escasa). No venden almuerzos pero sí ofrecen un menú de opciones ligeras para la noche (aconsejable reservarlo). La costumbre local es cerrar negocios de 12 a 2 pm, sin embargo hay un par de restaurantes abiertos en la zona comercial y otros de corte folclórico especialmente en las playas de South West y Fresh Water que funcionan de medio día hasta las 3, con costos de Col$25.000 hasta Col$90.000. El costo de vida en la isla es alto pues lamentablemente ya no se cultiva lo de antaño y dependen casi en un 100% de la importación. Los isleños hablan fluídamente creole e inglés y también se defienden en español. El paisaje de la isla es maravilloso tanto las montañas como el mar, que hace honor a su lema: el mar de siete colores, lo cual hace del buceo y del snorkel actividades sumamente gratificantes. Los habitantes son carismáticos y solidarios y como la isla es relativamente pequeña (+/- 17 km) pronto todos reconocen al forastero, le asesoran y le ayudan. Desde el centro (Old Providence zone) se puede llegar a pie a la isla de Santa Catalina ((Ketlina, en idioma raizal) por medio de un puente que, lamentablemente está deteriorado y desde allí emprender una caminata por trocha hasta un montículo rocoso llamado la Cabeza de Morgan, en alusión al famoso corsario. …
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