Conocimos la localidad de Dibulla, un pequeño pueblo de pescadores sobre la playa, ya que queda aledaño a Puerto Brisa, donde se encontraba trabajando mi novio. Son esos lugares que yo considero hallazgos ya que al no tan conocidos para el turismo internacional, difícilmente hubiésemos acabado allí de otra manera. Pero hoy, habiéndolo conocido, doy gracias de haber estado allí. La playa es un paraíso natural, un lugar totalmente virgen y que se encuentra prácticamente para vos; pelícanos y otros pájaros, cangrejos, peces y demás fauna. El agua si bien no es transparente, la temperatura es templada. Son varios kilómetros de arena ininterrumpidos para caminar a lo largo. Las palmeras y otros árboles permiten resguardarse del sol. Al atardecer puedes ver los pescadores que salen en sus botes para regresar con lo que, al día siguiente, se convertirá el alimento de tu plato. Y cómo si todo este paraíso natural fuera poco: casa Dibulla. Casa Dibulla es sinónimo de la gente que trabaja allí: Luz Marina, Rocío, Julio, Eduardo, Lahyde. Además de buena hotelería, lo que le da el valor agregado a este lugar, es la calidez humana. Es un hotel con solo 6 habitaciones, por lo que la atención es totalmente personalizada. Ello están pendientes de todo lo q puedas llegar a necesitar. El cuidado que tiene por el hotel es impresionante, y por sus huéspedes aún más, que lo tratan literalmente como si fuera familia. El hotel tiene una bajada propia a la playa y la distancia entre la puerta de la habitación y el agua son solo 30 metros. Además te asesoran para realizar todas las actividades típicas de la zona: cabo de la vela, camarones, etc. Una mención aparte por la cocina de Eduardo. Absolutamente todo lo q hace es casero y riquísimo. El esta pendiente de que querés comer, cómo lo querés comer y cuando lo querés comer. Si estás buscando buenas playas, relajarte, comer rico, descansar, no ocuparte de nada ni pensar en nada y conocer gente sumamente agradable: casa Dibulla es tu destino.…
Estuvimos pasando el día en este lugar, nos recibió la anfitriona del lugar (no pregunte su nombre) ella es muy amable, se esmera desde el primer momento por atenderte muy bien, el sitio está muy bien ubicado en una zona de Dibulla que no conocíamos y que está creciendo. Las instalaciones muy lindas y la piscina bien mantenida. Nos fue muy bien con el almuerzo. Creo que volveremos para quedarnos unos días, un buen sitio para desconectarse y disfrutar.
Es un lugar lleno de encanto; desde su entrada cordial y amable, llegando luego a saborear las delicias frescas del sector. Entrando a las habitaciones amplias, cómodas, limpias y con esos detalles que enamoran. Elementos clásicos, llenos de historia para adornar la estadía. No obstante, también nos complacen con baños también amplios y con diseños que facilitan la relajación. Lo recomiendo y me encanta volver a este sitio. Pensando también en la facilidad en acceso y cercanía a las hermosas playas de la Guajira. Disfrutar un atardecer allá es observar como el tiempo y el espacio desaparecen, perdiendote en una imagen que queda en la memoria para siempre.
Un lugar excelente para descansar, las habitaciones amplias, la cama es espectacular y comoda. Tienes el mar cerca, terraza privada, hamaca los mejores atardeceres de dibulla. Gracias y seguro volveremos.
Muchas gracias a Roci, Yurani, Yenny y todo el equipo de Casa Dibulla por sus atenciones y por hacer que nuestra luna de miel fuera todo un sueño! Excelente ambiente, paisaje sensacional y comida exquisita!
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