estancia agradable y apartamentos espaciosos. El desayuno bien excepto que solo habia una tostatora. El bufet se podia comer habia mucha variedad y reponian . Los postres son los que podrian mejorar. El arroz con leche incomible, las natillas con poco sabor, y lo de ponerlo todo en bandejas enormes queda poco estetico ya que una vez que has metido el cucharon un par de veces se queda todo mezclado.
Desde recepción hasta el restaurante gente estupenda y maravillosa: Isabel, Merchi, Fali, Eugenio, Jose, Miriam, Zhora, Miguel, Julio y me faltaron Aglika y María que estaban de vacaciones y Álex. Mi habitación, inmejorable, de 10, bueno mejor de 11 ;)
Nos hospedamos una semana, primero en una habitacion para dos y el fin de semana necesitamos cambiar a un apartamento por que venia un familiar. El trato de recepcion cordial salvo una recepcionista que no tuvo nada de tacto al atendernos como clientes, nos comento lo que suponia de mas economicamente hacer el cambio, cosa que es logica, pero no tuvo ni nos dio el tiempo que como ya clientes del hotel creo que mereciamos para ser atendidos en esta situacion. Sus palabras textuales fueron: "pienseselo pero rapido que hay mas clientes, pienselo pero rapido", todo por que habia una familia tambien esperando a ser atendidos, pero eso no es excusa para restar el tiempo que debe dedicar a cada cliente y con agrado, si esa familia tenia derecho a ser atendidos, nosotros tambien, no somos menos. Me parecio muy descortes y malhumorada al dirigirse a nosotros. Nos comentaron que el apartamento intentarian adjudicarnoslo en la misma planta para no causarnos molestias a la hora del cambio. Llegado el dia del cambio nos obligan a abandonar la habitacion y a bajar nuestras pertenencias a causa de clientes a la espera para ocupar nuestra habitacion a una sala comun, a la espera de poder ocupar el apartamento. Abandonamos la habitacion a las 11:00 y pasadas las 16:00 tuvimos que reclamar cuando podiamos ocupar el apartamento. Diez minutos mas tarde pudimos entrar al fin en la habitacion, alegando recepcion que acababan de terminar de limpiar el apartamento. Nos dio la impresion de que nos metieron prisas para desalojar la habitacion y recibir un cliente nuevo y nos dejaron en segundo plano el apartamento. Punto a favor el tema de parking incluido en el precio. Todo se ve limpio. Relacion calidad precio buena. Y por ultimo lo que mas valoramos fue la atencion del personal hostelero, nos parecieron profesionales entregados a su trabajo y clientes, todos muy agradables y simpaticos, nos parecio bien destacar a algunos y nos preocupamos en preguntar sus nombres, entre ellos, Maria, Fali y Ramon increible su dedicacion, profesionalidad y agrado a la clientela, Silvia, Adriana y Miriam muy simpaticas y agradables. El resto de personal los tratamos menos pero no por ello desmerecen su buena aptitud y dedicacion al trabajo.…
Publicidad engañosa, camas sucias, antiguas, falta de limpieza nada que ver con las fotos de internet mala conexión de wifi en las habitaciones sin cristal en la puerta porque estaba explotado. Mini sofa sin poder estar en el salón aire acondicionado sucio y con mal olor, bañera oxidada. Los cuadros con pelos… En fin nada recomendable
Hemos estado seis días de los cuales no han limpiado el apartamento ni una sola vez. Al cuarto día avisé en recepción asegurándome la persona que estaba que a la mañana siguiente irían a limpiar, al día siguiente después de comer la habitación seguía sin hacer (aclaro que ningún día estuvimos en la habitación por la mañana), obviamente pusimos una hoja de reclamaciones ya que hemos pagado por un servicio que del que no hemos disfrutado. El último día llamé con antelación a recepción para pedir que llamaran a un taxi, la persona que me atendió dijo que llamaría cuando estuviésemos abajo porque tardan poco en llegar. Cuando estuvimos abajo llamó y en plena ola de calor lógicamente con un niño y un bebé esperamos en el hall, nuestra sorpresa es que cuando llegó nuestro taxi otra familia lo cogió y cuando lo dije en recepción ni se dignaron a salir para avisar a la otra familia de la confusión (teníamos prisa porque teníamos que coger un tren). Por otro lado los apartamentos son muy grandes y las vistas impresionantes. Cuando llegamos ya sabían que éramos cuatro personas y tampoco se dignaron ni a abrirnos el sofá cama ya que el apartamento contaba simplemente de dos camas individuales. El servicio de comedor y de los dos bares ha sido lo mejor. Los empleados unos profesionales como la copa de un pino, especialmente María que conocía a la perfección la dieta celiaca y todos los días tenía preparada comida sin gluten con muchísimo cuidado y mimo, además del trato inmejorable por parte de todos. En el bufet (pensión completa) no entra ninguna bebida, no siquiera el agua (2'30 la botella de 500 ml) La piscina está genial, hay una grande y dos más de chapoteo, la pega que tiene es que hay que subir unas escaleras así que para una persona sola con un carro subir es horrible. La playa está muy cerca pero son calas que tienen bastantes piedras y el acceso tampoco es muy bueno…
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil