Estuvimos una semana en este lugar increíble y paradisíaco. Excelente la ubicación, el hotel y el servicio de cada una de las personas con las que te cruzas. Cada habitación es distinta y tiene una terraza privada al aire libre que usábamos todas las tardes para tomar un aperitivo y descansar antes de la cena. El restaurante Frederic (en una terraza con vista al pueblo y la Cartuja) es de sueños y la propuesta y calidad de la carta es de nivel "Michelin".
Hotel con encanto con unas vistas espectaculares. Predomina la exclusividad de cada rincón con un servicio excepcional. Desde recepción pasando por restaurante. La limpieza increíble no tenemos nada malo que decir. El spa muy relajante y el restaurante riquísimo, platos de primera calidad. La cama de la habitación INCREÍBLE, me atrevería a decir que la mejor que he probado, daban ganas de no levantarse.. muchísimas gracias por todo ha sido un finde inolvidable.
Compré un bono para mi hija (Clara) que quería pasar un día entero para una celebración importante para ella (celebraban los 18 años de su chico). Incluía piscina, toallas, comida, spa y una pequeña merienda viendo el atardecer. El enclave es una maravilla. El hotel precioso. TODO. Pero lo mejor, sin lugar a dudas, fue cómo les atendieron, el servicio de todo el personal. Hicieron lo imposible para que dicha celebración fuese especial de verdad. El personal fue exquisito, amable, cariñoso con ellos. Lo recomiendo absolutamente.
Pueblo situado en la sierra de tramontana de una belleza inigualable. Patrimonio de la humanidad.Desde que te adentras en la sierra la sensación de paz y belleza es muy agradable.Pasear por sus calles y contemplar las vistas tanto del monasterio como de la cartuja es totalmente recomendable.
Ya le ayuda el pueblo de Valldemossa, el entorno de la Tramontana, las vistas etc... Pero aparte este hotel tiene un toque de excelencia. El trato de su personal, y el nivel profesional es maravilloso. El comer en su restaurante con una restauración magistral supone el alejarte del circuito turístico típico para vivir una sensación de paz y tranquilidad con las maravillosas vistas a la cartuja y el pueblo de Valldemossa. Sin duda un 10.
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