Tengo bastante experiencia en hoteles en la ciudad de Nueva York , ya que vamos cada mes de noviembre por acción de gracias de vacaciones, y ésta ha sido nuestra novena visita. El Draper es uno de los mejores hoteles en el que nos hemos hospedado, pero como todo en la vida, tiene sus inconvenientes, pocos, pero los tiene. Cómo aspectos positivos, la ubicación, que es inmejorable, la quinta avenida es lo más céntrico y lo más conveniente en esta ciudad, y el Draper tiene esa ventaja. Las personas que trabajan en recepción son muy, muy, pero que muy amables, siempre te atienden con una sonrisa, y hacen literalmente todo lo que está a su alcance para que la estancia sea lo mejor posible. Mención especial a Mohamed por su amabilidad, pero mis felicitaciones al resto de recepcionistas, que nos hicieron el enorme favor de quedarse con paquete que debía recoger UPS para una devolución de Amazon, que dicho sea de paso (y para evitar que paséis por los mismos problemas que hemos tenido nosotros), había que estar esperando al transportista hasta que tuviera a bien pasar a recoger el paquete, y estando de vacaciones esto es una faena, cosa que como digo, tuvieron la enorme amabilidad en la recepción de custodiar y entregar el dichoso paquete, así que ni se os ocurra comprar nada en Amazon USA, y menos de valor, porque funciona fatal y sólo te complica la vida con las devoluciones. En cuanto a la limpieza de las habitaciones, tienes que pedir que te la limpien antes de las once de la mañana. Aquí es donde el hotel recibe numerosas críticas, pero para nosotros es una ventaja, ya que por nuestras costumbres preferimos que nos dejen a nuestro aire y no tener que estar con prisas, dejando la habitación para que la limpien cada día, entre otras cosas porque no es necesario limpiar todos los días, así que cuando te viene bien, lo pides y punto, menos molestias para todos, y la verdad es que limpian y dejan todo bastante bien. El hotel no ofrece desayuno incluido en el precio, cosa que en principio puede parecer otra desventaja, y cosa que volvemos a preferir, para evitar prisas y molestias por el hecho de que hay horarios y mesas repletas de gente, y no tienes dónde sentarte, mucho más cómodo en la habitación. Ahora bien, he de decir que por 158€ la noche que conseguí en el mes de febrero, el hotel es inmejorable, pero por los 400€ que lo he llegado a ver, o los doscientos y pico, o trescientos, la verdad es que buscaría otras opciones, porque no creo que lo valga, la habitación es pequeña, si bien en recepción nos cambiaron la habitación el primer día a una con algo de pasillo donde poder abrir las maletas, ya que en la primera que nos dieron, literalmente no podíamos pasar al baño con las maletas abiertas, y a pesar de que las habitaciones en Manhattan son pequeñas, esto ya es para pensarse pagar más de 180€ la noche, y mucho menos estando doce noches en Nueva York, aunque como digo, en recepción nos hicieron ese favor que ni siquiera pedimos, salió de ellos, así que hay que decirlo. La verdad es que hemos estado muy a gusto, pero hay un enorme inconveniente, y que no atribuimos al hotel, ya que cada vez que nos quejamos, hicieron todo lo que estuvo en su mano para poner remedio al problema, y no es otro que el incivismo y la mala educación de la gente. En Nueva York se ha legalizado el consumo de marihuana, cosa que no me corresponde juzgar, si está bien o está mal, la cuestión es que es legal, y la ciudad huele a marihuana literalmente, pero es que los huéspedes del hotel, aún habiendo depositado 150 dólares en concepto de prohibición expresa de fumar en las habitaciones, se lo saltan a la torera y les importa un comino si eso molesta o no al resto de huéspedes, aún a riesgo de perder 150 dólares, es mucho más importante drogarse y molestar al resto, y si no queremos drogarnos, nos aguantamos y nos drogarnos todos, y el humo se filtra por el conducto de ventilación del hotel, que a pesar de que se puede cerrar, la intensidad del humo es tal que hasta que al indocumentado de turno no se le termina el porro, tienes que estar oliendo a marihuana en tu habitación, y esto no puede ser, y es razón suficiente para mí para no volver más si no le ponen remedio. Otro detalle que no me gustó nada de nada es el hecho de que cobran un dólar por maleta cuando dejas la habitación el último día, y que evidentemente no vas a estar cargando por la ciudad, y menos si tu avión (como fue nuestro caso) sale a última hora de la tarde. Me pareció un detalle feo que hizo que cambiara mi opinión final del hotel, y que en realidad no sé si les compensa que por un detalle como éste, la valoración que se haga por parte de un cliente, sea inferior a la que tenía pensado poner antes de que le digan que tiene que pagar nada menos que cinco dólares por cinco maletas, y tengo que decirlo, lo siento, es que me parece un detalle muy, pero que muy feo. ¿Volveremos al Draper? Por menos de 180 dólares la noche, y teniendo en cuenta que el hotel carece de gimnasio, cosa que siempre agradezco, quizás, pero lo del olor a marihuana me echa para atrás. No obstante, y si el hotel me lo acepta como consejo, yo no seguiría subiendo los precios como lo están haciendo (y esto va por todos los hoteles del distrito de Manhattan), porque si en trece días que he estado allí he visto sólo a dos parejas de españoles, cuando otros años me cruzaba con más de cincuenta, creo que os estáis haciendo un flaco favor y váis a acabar con el turismo en Nueva York, ya que encima me rompieron la maleta en el JFK para inspeccionar en interior, teniendo la opción de abrirla con la llave TSA que deben tener, pero que se ve que les costaba mucho esfuerzo utilizar y era mucho más fácil cortar la cremallera con unas tenazas, y eso también tengo que decirlo, ya que el trato que he recibido por parte del NYPD en la frontera del JFK (y no fui el único, ya que hubo otras cinco maletas en la misma situación), fue sencillamente deplorable y fuera de lugar, por supuesto, he hecho una reclamación, pero que todo el mundo sepa cómo te tratan en el JFK, sin educación y sin respeto, cosa que espero hagan por igual a los turistas estadounidenses que vengan a España. …
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