Todo en la Finca Bell-lloc está impregnado de una filosofía que evita la transformación innecesaria, y aprovecha los avances para aportar confort y calidad, sin restar esencia y autenticidad.
Queremos que cada instante que pases en nuestra finca resulte sugestivo y perdurable en la memoria. ¿Cómo lo conseguimos? Potenciando tus cinco sentidos, sin artificio.
El Rough Luxe es tener tiempo para reflexionar ;disfrutar del placer de
encuentros cercanos con gente, naturaleza, arquitectura y el medioambiente; vivir experiencias culturales, sociales y gastronómicas vinculadas a localizaciones geográficas concretas. Y dar al tiempo y lo que tenemos alrededor la importancia jerárquica que merecen.
Creemos que el lujo es una enriquecedora experiencia personal y no únicamente la posesión de un objeto caro.
Estuvimos una noche en pareja en la finca y la experiencia fue ideal. Sitio perfecto para desconectar. Una masia con un exterior cuidado con mimo y en un entorno natural precioso. La habitación (Malvasia) era acogedora y bien climatizada, la cama cómoda y grande, y el baño disponía de una bañera fantástica, ideal para dos. La atención del personal excelente, no podían ser más amables y atentos. Visitamos también El Celler, que fue por lo primero que nos interesamos y que hizo que conociéramos la finca, y nos encantó. Un espacio original y moderno en un contexto natural y entrañable donde parece que el tiempo se ha detenido. No puedo opinar sobre el restaurante puesto que no hicimos ninguna comida allí mas allá del desayuno, que fue correcto. Por último, relación calidad precios adecuada. Repetiremos seguro con una estancia más larga. Súper recomendable!…
Hemos pasado unos días en la finca muy agradables. La ubicación es un privilegio, muy bonito, si le gustan los sitios aislados y tranquilos. El servicio en general es muy bueno, la gente muy amable y la comida estaba excelente, felicitación al chef de cocina. El único pero sería por un problema que tuvimos con el servicio en el restaurante. Por una confusión que tuvieron, nos intentaron colar un plato principal dividiéndolo en dos , para luego admitir que en realidad era bien para una sola persona. Para un hotel de ese nivel, es bastante decepcionante. Habrá sido seguramente una decisión equivocada del gerente del hotel (o la persona a cargo) que no era la más amable, ni mucho menos, y contrasta un poco con el resto del personal muy amable. Al final se pudo arreglar y quedo todo en anécdota pero dejando un poco un mal sabor de boca.…
Fuimos en familia,super recomendados ,teniamos reserva,hasta ahi bien,primeros ,quesos,ensalada y unas croquetas congeladas,todo muy muy pequeño,de segundo la pluma iberica de tres comensales estaba helada,el magret pasado de coccion y la lasagña vegetariana estaba cruda! Un verdadero desastre, 4 postres normalisimos ,lo unico bueno el vino,total,250€ un robo a mano armada si buscamos calidad y precio! O cambiaron el cocinero o no entiendo porque tanta fama!
Nos hemos alojado una noche en este lugar, aunque sea un pelín complicado de acceder, esto forma parte del encanto del lugar ya que al estar apartado puedes disfrutar de una desconexión y relax total. La atención fue inmejorable y muy amable por parte de todo el servicio, la habitación preciosa, enorme y completa. El desayuno completo y rico. ¡Sin duda un lugar al que volver a ir!
Cena al aire libre. En un marco idílico: en un jardín rodeado de viñedos y al fondo la bahía de Palamos. Cocina sincera. Productos de la finca, lo que da autenticidad a los sabores. Servicio eficiente. Intentaremos repetir.
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