La Borda de Pastores es el parque de divulgación del ovino. Un proyecto vivo en un entorno natural que pretende difundir y preservar la riqueza y el patrimonio cultural de la ganadería ovina tradicional.
En La Borda de Pastores podrás alojarte en una gran casa tradicional de ganaderos del Pirineo construida en piedra y madera y reconvertida en alojamiento de turismo rural con 5 estancias.
Excelente el sitio muy recomendable nos hizo una guía para ver las ovejas un día comimos ternasco de Aragón el trato ha sido excepcional ella como su marido son muy cercanos el entorno una maravilla mucha tranquilidad y relax
Como en casa. En plena naturaleza y rodeados de praderas, montañas y ovejas. Vicente y Teresa, los anfitriones, te hacen sentir como en casa. Cenamos y desayunamos en la borda, con productos de la tierra, recién cocinados por ellos. Es un sitio muy recomendable, para aislarse del ruido.
Tere y Víctor son los perfectos anfitriones de un fin de semana de relax. Necesitaba desconectar del trabajo en la ciudad y encontré en la borda de los pastores el lugar perfecto. Además, te des una gran cocinera que te mima con cuidado y prepara unos magníficos platos. Por su parte Víctor, te hace decir una magnífica experiencia como pastor.
Tras llegar una caminata de dos horas desde Sabiñánigo, nos recibieron Teresa y Viciente para enseñarnos la finca y el audiovisual que nos asoma al mundo de los pastores de esta montañas, su forma de vida, el duro trabajo, a través del que podemos conocer algo más el buque insignia gastronómico de nuestra tierra el ternasco de Aragón. Acabamos sentados en el salón de la casa, dando cuenta de una buen fartera a base de migas (como las hace mi madre que son las que mas me gustan) y una buena brasa con costillas y longaniza de cordero, acompañadas con ensalada, un magnífico flan de queso de postre y todo regado con un buen vino de la tierra. Un tratamiento excelente de un producto de primera calidad. Me sorprendió tanto el amable trato y el entorno, como la buena mesa. A repetir. Felicidades y a continuar, pareja.…
Muy familia y acogedor. Nos enseñaron la pardina y pusieron audiovisual muy bonito. Comimos en una mesa del que podía ser el salón de cualquier casa. Las migas más ricas que hemos probado, luego cordero a la brasa, costillas y longaniza (de cordero, impresionante) de postre flan casero de queso. Como habíamos subido andando y estábamos agotados nos acercó la dueña en su coche a por los nuestros. 25€ persona. Si estás por la zona no te lo pierdas.
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