Hotel acogedor, habitaciones limpias y bonitas ,sin ruidos, preciosas vistas y personal agradable. La ubicación del hotel me resultó muy cómoda y segura. Me gustó mucho el poder dejar el coche en la misma puerta del hotel. No necesitas utilizar el coche porque lo tienes todo para una escapada de desconexion junto al mar. Puedes pasear por el puerto, por la orilla del mar.. Restaurantes de todo tipo de precios y buen ambiente. Un placer el comer a pie de playa en el restaurante Malaspina, estaba todo riquísimo. Y tener la pizzería Dominos junto al hotel también nos encantó. Sin duda lo recomiendo!! Y espero volver pronto.
Muy recomendable, bien situado en la zona del puerto deportivo, que es muy animada y con oferta variada de restaurantes y entretenimiento para así poder salir sin tener que conducir y tomar una copa con tranquilidad. Las habitaciones muy amplias, estuvimos en una con vistas al puerto, y debía tener más de 30 metros cuadrados. Decoradas, en mi opinión, con muy buen gusto, así como todo el hotel. El desayuno muy completo, abundante y variado. Un placer poder desayunar en la terraza exterior ajardinada. El servicio muy atento, habitaciones muy limpias cada día, en el restaurante y bar también muy agradable el personal y muy atento y dispuesto a ayudar el personal de recepción. Muchas gracias.
Comida aceptable, aunque el pulpo estuviera más duro que el cartón. El servio por parte de los camareros es pésimo. Fuimos 2 personas y desde que pedimos las bebidas hasta que nos las trajeron pudieron pasar 20 minutos fácil. Luego pedidos dos entrantes, que nos lo trajeron de golpe , pero ni nos retiraron los platos una vez terminados, ni se acercaron a preguntarnos nada. De hecho, le dijimos a un camarero que rellenará la bebida y que limpiara la mesa y nada. Ellos nos miraban de reojo, pero nadie se acercaba a a atendernos. Cuando frustrados pedimos la cuenta a una camarera que iba como pollo sin cabeza, nos preguntó asombrada “pero habéis comido algo?” Porque hasta ella misma sabía que no iban como deberían. No pienso volver….
Es una pena que en un entorno tan agradable y bonito, el mal servicio acabe estropeando lo que podía ser fácilmente una gran velada. A todas luces parece que los camareros son insuficientes, en una noche de sábado de agosto y en una zona de gran afluencia turística como es Aguadulce. Solo había que ver a qué ritmo trabajaban, de un lado para otro acelerados para dar servicio a tanto cliente. Por intentar abarcar tanto, al final, sucede lo lógico, que acabas dejando descontentos a casi todos. Solo algunos detalles que demuestran una valoración para no volver: pedimos una botella de agua y tardaron quince minutos en traer los vasos para beberla; las verduras en tempura (frías) van con una salsa de soja que tuvimos que pedir varias veces a tres camareros diferentes y jamás llegó; las comandas las hacen a mano, con lo que a veces se les olvidan las cosas porque tienen que ir a meterlas en un ordenador; pedimos un vino que veinte minutos después nadie nos traía y tuvimos que volver a solicitarlo a otro camarero; y lo peor de todo, ordenamos una carne que no estaba buena y hasta desprendía un mal olor; cuando se lo comunicamos al personal ( a dos camareros diferentes) no nos dieron más solución que ofrecernos la carta para pedir otra cosa, por supuesto pagándola. Lamentable en general.…
Solo probé el restaurante y es horrible, la carne escasa y mal preparada, el pescado pasado y muy aceitoso. Para vegetarianos o veganos solo tienen verduras en temperura. Si reseevas en terraza te llegará el olor de las brasas. Todo mal. No recomendado.
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.
Solicitar su perfil