Solo paramos para comer por lo que no puedo valorar el alojamiento más allá del restaurante y jardín. Buscábamos un lugar donde probar un menú del peregrino. Dado que en los exteriores del alojamiento anuncian tal menú nos atrevimos a entrar , ya que además tiene un patio y unos jardines preciosos. Cuál fue nuestra sorpresa que una vez sentados cuando pedimos el menú nos dicen que no hay menú del peregrino en este restaurante. Incomprensible ya que fuera han puesto un cartel donde lo especifica… Por educación nos quedamos ya a comer y he de decir que la comida estaba bastante buena. Los precios no son desorbitados, pero si pretendes comer lo mismo que con un menú del peregrino pagas mucho más. Además solo había un camarero para las mesas tanto de fuera como de dentro, con lo cual el servicio es bastante lento sin que sea culpa suya. En conclusión: una pena que por publicidad engañosa este local se lleve peor valoración que la que tendría.…
Solo paramos para comer. La terraza muy agradable y la comida sencilla pero muy buena. El trato muy amable y correcto. La relación calidad-precio estupenda. Las medidas anti COVID perfectas. Muy recomendado, perfecto para parar en medio de un viaje.
El establecimiento se encuentra en la ruta del camino de Santiago. Paramos una noche y nos dieron una habitación con dos plantas para 4 personas, porque no había habitación doble. La habitación correcta, aunque el baño pide una reforma. Cenamos en el restaurante del hotel y me pareció una calidad- precio adecuada. Cenamos bien después de pedalear durante todo el día, sin embargo el desayuno fue muy escaso. Un zumo, una tostada y un vaso de leche. Sin opción de pedir más en el desayuno incluido que había contratado El jardín espectacular.
El sitio precioso, algo alejado de Melide, pero merece la pena. A nosotras nos falló que las habitaciones que nos asignaron eran un poco pequeñas, no tenían armario en la habitación. Eramos 4 personas y al lado de nuestra habitación había otra, para 4 psnas (dos habitaciones más grandes) que compartían el cuarto de baño, en la que hubiésemos estado mucho más cómodas, pero no quisieron cambiarnos... Al desayuno le falta un poquito de variedad.
Nos alojaron en una habitación del piso superior con cama grande y comodísima. La casa en increíble, preciosa y muy limpia. La gente es súper amable, encantadores, dispuestos a ayudar en todo. El desayuno estaba incluido y era muy generoso, además de estar buenísimo. De la misma forma, cené un plato combinado que era como haberlo cocinado en mi casa: muy bueno. Un diez.
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