Hola. Mi estancia en Nautilos Guachalito ha sido desde el 4 al 8 de Marzo de 2019. Con muchas ganas de visitar el Chocó y la zona de Nuquí, tenía mucha incertidumbre sobre qué hotel elegir y alguien nos recomendó Nautilos. Mi calificación de 4 sobre 5 merece alguna matización. Si tuviese que calificar al hotel en relación a todo lo que conozco sobre hostelería (vengo de España), probablemente le daria un 1 siendo generoso, pero yo ya sabía el tipo de alojamientos que iba a encontrar en el Chocó y hasta donde se puede pedir aquí. Es por eso que, una vez visto Nautilos y otra media docena de hoteles similares, lo califico con un 4 sobre 5 porque comparo este hotel con toda la oferta disponible que he visto en el Chocó. No obstante, y habiendo ya recomendado el hotel a otro sitio viajeros,consideró que hay muchos puntos a mejorar en Nautilos. 1.- Ni yo ni ningún otro viajero o persona de Colombia con quienes he comentado el asunto, hemos conocido jamas un hotel en el que no se le da al viajero la llave de su habitación. A pesar de pedirla, el administrador, Juan Manuel, nos dijo una y otra vez que nunca había habido problemas y que no era necesaria, que él nos aseguraba que no ocurriría nada. Este asunto, muy comentado por viajeros europeos y colombianos, alcanzó su culmen y punto máximo de indignación, cuando vi al administrador salir de su habitacion y cerrarla con llave. Entiendo que el administrador tendrá papeles, documentos, contratos y hasta dinero en esa habitación, pero yo podría tener relojes, cadenas y dinero con valor superior al que tuviese él. En definitiva, este es un punto totalmente impresentable. 2.- Se nos ofrece una excursión con visita a una comunidad embera. Tras acordarla, comenzamos a hablar de los horarios de salida y parece que estaremos casi 3 horas en el poblado, pero Juan Manuel nos dice que va a consultar las mareas, ya que hay que remontar un río y esto solo podrá hacerse con la marea alta. Al cabo de un momento vuelve y nos comunica que la marea alta estará alrededor de las 14 horas y que para llegar a la comunidad se tarda como 1,5 horas. En resumen, nos dice que en la comunidad estaremos poco más de 30 minutos. Algo inaudito e inaceptable. Pienso que lo correcto sería ofrecer esta excursión solo y exclusivamente si las mareas permiten permanecer en la comunidad indígena un tiempo mínimo de 2 horas, ya que conocer esa comunidad y sus modos de vida, es precisamente el atractivo de esa excursión. Por supuesto, rechazamos hacer la excursión en esas condiciones. 3.- El primer día y tras la llegada y almuerzo, se ofrece gratuitamente la visita a “La cascada del amor”. Estábamos en época de verano y ademas, en los cinco días en que estuve en Nuquí no llovió ningún día. Esta sequía era el motivo por el que la cascada del amor estaba en sus peores momentos. La poca agua que escurría por la roca, alimenta una pequeña poza cuyo fondo no es rocoso o de fina arena, sino de barro o lodo. El guía nos invitó a bañarnos para calmar el calor y él se adelantó a bañarse. El resultado fué una poza rellena con agua turbia debido al lodo revuelto, lo que convirtió en un momento a la cascada del amor en un lodazal impresentable, insalubre y muy poco serio. 4.- Considero que las cosas deben tener un precio, alto o bajo, pero que será libremente aceptado o rechazado y donde luego no debería haber sorpresas. El día de la visita a Termales, con precio de excursión cerrado y sabiendo por adelantado que la entrada a los baños termales suponía una tarifa suplementaria, nos enteramos al final del desayuno y por comentarios de otros viajeros, que debíamos llevar pantalón largo y medias altas, porque había que calzar necesariamente botas de goma, botas que se nos facilitarían justo antes de comenzar una caminata a las cascadas de los cuatro encantos. Al ir a comenzar la excursión, las personas que nos “prestaron” las botas nos pidieron otros 30.000 pesos por persona. Al contarle esto a Juan Manuel por la tarde, nos dijo que eso no podía ser, que era incorrecto y que iba a hablar de ello con esa gente al día siguiente. No nos devolvió ni descontó ese dinero, como tampoco sé si llego a hablar con esa gente para recriminarles su actitud. Repito, no me importan 30.000 pesos en absoluto, pero es impresentable que se presenten gastos suplementarios que nadie ha advertido antes. La sensación es horrible. 5.- La excursión a Joví comprende la remontada de un río en “chingo” (embarcación), hasta llegar a una cascada y tomar un baño. Nuevamente el problema era la sequía y la escasez de agua que bajaba por el río. La situación que se dio, fue entre trágica, cómica y absurda. El palanquero que conducía la embarcación, tuvo que bajarse más de una docena de veces para tirar de la embarcación con una cuerda (y nosotros sentados en ella), debido a que el chingo se varaba en el lecho del río. Fué muy vergonzoso ver como aquella persona tiraba como un animal de la embarcación bajo un fuerte sol. Tuvo que pedirnos varias veces que “le colaborásemos” descendiendo de la barca y remontar unos metros el río caminando. La escena se repetía una y otra vez hasta convertir la situación en ridícula. Lo normal hubiera sido no hacer esta excursión si el río presenta un caudal de agua insuficiente para la navegación del chingo. 6.- Finalmente hubo un desacuerdo respecto a los precios a pagar por la visita a la ensenada de Utria. Las distintas tarifas en función del número de personas y nacionalidad, hicieron que tras la excursión surgieran desavenencias respecto a los precios que creímos entender los clientes y el precio que sostenía Juan Manuel. Sin entrar a valorar quien tenía razón, creo que es imperativo que los precios figuren por escrito y detallados junto a los carteles de cada excursión publicitada. No es de recibo que haya discusión sobre lo que uno dijeron y otros entendieron, no es ni serio ni profesional. Junto a todo lo dicho, quisiera destacar el comportamiento y profesionalidad de Ferney y Victor. Estoy convencido de que hay mucho que mejorar en Nautilos Guachalito, con muy poco esfuerzo y un poco de interés. Mi experiencia en hostelería y viajes así me lo hacen ver. A pesar de todo lo dicho y algún que otro detalle más, no estoy arrepentido de haber ido al Chocó, no descarto volver y recomiendo a cualquiera que vaya a visitarlo. También recomiendo este hotel y el mismo día que partí ya le envié a Juan Manuel a dos viajeros franceses que encontré despistados en el aeropuerto. Espero que la próxima vez que vaya me dejéis preparar una paella para degustarla entre todos en la playa. Saludos.…
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