La segunda ciudad de Filipinas, superada solo por Manila en tamaño, combina la arquitectura colonial y los alrededores montañosos con una floreciente escena cultural y culinaria. La ciudad de Cebú impresiona por sus elegantes bares en azoteas y sus intrigantes museos, además de ser la puerta de entrada tanto a la isla de Bohol como a la de Cebú.

Phu Quoc es una de las principales atracciones de Vietnam. Con sus montañas y su frondosa vegetación, se convierte en un destino perfecto con fascinantes playas de arena blanca y pintorescos pueblecitos de pescadores. Si buscas aventura, puedes hacer submarinismo en sus arrecifes de coral o montar en moto por las carreteras de la isla, para luego disfrutar de una cena a base de pescado y marisco seguida de un cóctel en la playa. Ofrece todo tipo de alojamiento, desde complejos turísticos de cinco estrellas a bungalows familiares.

Deslumbrantes casinos y hoteles de primer nivel te esperan en Macao, una excolonia portuguesa que es ahora una región administrativa especial de la República Popular China. Los viajeros aman la manera en que Macao combina el glamour de Las Vegas con una fascinante historia. Entre los mejores lugares para explorar se encuentran: Las ruinas de San Pablo, la fachada de una iglesia católica del siglo XVI que es ahora patrimonio mundial de la UNESCO, y la Fortaleza de Guía.

Phuket ofrece un colorido espectro de vistas espectaculares desde lagunas azules y atardeceres rosados hasta monjes con túnicas naranjas. “Tuk Tuks” de tres ruedas, taxis, autobuses y barcos de largas colas transportan a los visitantes entre estas maravillas. La costa sur de Phuket ofrece sus playas más populares. El norte es más tranquilo. Koh Phi Phi, Phang Nga Bay y Patong Beach son destinos populares. Bucear, practicar snorkeling, windsurf y navegar son solo algunas opciones activas. Tierra adentro, colinas boscosas, montañas y acantilados esperan ser explorados.

La tradición se cruza con la cultura pop en Tokio, donde puedes recorrer con reverencia templos antiguos antes de rockear en un bar de karaoke. Despiértate antes que el sol para aprovechar la animada subasta de pescado en el mercado de Tsukiji, después refréscate con un paseo bajo los cerezos que bordean el río Sumida. Pasa algún tiempo en los hermosos Jardines del Este del Palacio Imperial, después, haz un repaso de la historia de Japón en el Museo Edo-Tokio. No te olvides de comer todo el sushi, fideos udon y wagashi (dulces japoneses) que el estómago te permita.

Los santuarios y templos de Kyoto ofrecen un enlace extraño entre la vida moderna de la ciudad japonesa y su pasado muy antiguo. El Santuario Shimogamo, por ejemplo, data del siglo VI y parece suspendido en el tiempo, aún son palpables su serenidad y su poder espiritual. Puedes adorar al dios sintoísta del arroz en el santuario Fushimi Inari y luego inclinarte ante las Mil estatuas Armadas Kannon de Sanjūsangen-dō de tamaño natural. Disfruta de actuaciones tradicionales de geishas y saborea una comida tranquila en un restaurante con vista al río Kamo.

Palacios dorados, mercados flotantes, majestuosos chapiteles de porcelana… ¿es un mágico cuento de hadas? Casi. Es Bangkok. La ciudad capital de Tailandia se divide en 50 distritos únicos. Recorre Pratunam o la Plaza Siam para hacer las mejores compras, luego relájate en los jardines con estilo europeo de Dusit. Thon Buri es la ciudad del sorprendente templo Wat Arun, y en Phra Nakhon vas a encontrar el templo Wat Pho del Buda Reclinado. Saborea un arroz con mango en un puesto de comidas antes de disfrutar del esplendor dorado del Gran Palacio.

La carismática capital de Vietnam ha sabido envejecer dignamente, conservando su casco antiguo, sus monumentos y su arquitectura colonial, pero dejando espacio a su vez para la modernidad. Puede que Hanoi haya dejado atrás muchos de sus antiguos nombres, entre ellos el de Tang Long o “dragón ascendente”, pero no ha olvidado su pasado, tal y como lo demuestran lugares como el Mausoleo de Ho Chi Minh y la cárcel de Hoa Lo. Lagos, parques, bulevares sombreados y más de 600 templos y pagodas suman sus encantos al de la ciudad, que puede visitarse con facilidad en taxi.

Podrías pasar todas tus vacaciones en Chiang Mai explorando el famoso Night Bazaar. Una vez que agotes el arte del alegre regateo, vas a encontrar mucho más para explorar. El Museo Nacional y el Jardín Botánico son lugares formidables para absorber un poco de la cultura local y respirar la delicada fragancia de las orquídeas tailandesas. En el centro de la ciudad, los restos de muros antiguos abarcan más de 30 templos. Los viajeros más ágiles pueden subir 300 escaleras hacia Wat Phrathat Doi Suthep, un templo budista ornamentado en las colinas.