Es un restaurante tailandés súper acogedor y simpático, bastante pequeño aunque hay dos plantas y una escalera empinada. Los 3 platos que probemos eran excelentes. Los devil noodle con red curry bien picantes pero deliciosos. Son platos con carne muy sabrosos y delicados. Destaco tambien...la salsa con coconut. Super recomendable. Servicio eficiente y simpático.Más