Fuimos tres parejas con niños. Nos sentamos en la terraza que tiene al lado un jardín. Lógicamente los niños se pusieron a jugar en el jardín SIN MOLESTAR A NADIE. Inmediatamente nos llamaron la atención. No habíamos leído el cartel: "Solo se admiten niños controlados....Prohibido gritar y correr en todo el recinto" Los niños estaban tranquilos y no molestaron a nadie. Lo habríamos entendido si se hubieran portado mal, pero no fue así. Nunca nos habían llamado la atención en ninguna parte. Sin embargo contra los perros no tienen nada, pueden gruñir libremente en la terraza junto a las personas. Vamos que NO VOLVEMOS. Si teneis niños ni os acerqueis. Una pena porque la zona es preciosa. Curiosa forma de atraer el turismo.Más

Un sitio correcto, sin grandes pretensiones, con un trato adecuado. Buena cocina y un precio económico

Buenas raciones y bocadillos en un bar frecuentado por la gente del pueblo. Probamos el queso local y el lomo de olla.