El restaurante es acogedor, a pesar de estar en en un Centro Comercial que no invita a visitar, excepto en verano. De hecho, se pasa bastante frío dentro del local en los días de invierno, ya que al estar acristalado y en una zona donde corre bastante el viento, se nota durante la velada y sobretodo a la hora de abrir las puertas de acceso.
El servicio por parte del personal fue muy correcto y amable.
En cuanto a la comida, bastante fresca, aunque no la mejor que he probado, pero con una excelente presentación.
🔹Uramakis Tori Roll: Bocado excelente para abrir el apetito, con agradable textura y sabor.
🔹 Uaramakis Karaage: El mejor plato sin duda alguna, todo un descubrimiento. Una tempura con crujiente perfecto, donde la armonía con los ingredientes era espectacular. Un deber pedir.
🔹Yakisoba de Secreto Ibérico: Bastante bien elaborado, con un toque picante ideal para este tipo de platos.
🔹 Pad Thai de Langostinos: Teniendo en cuenta que soy muy crítico con este plato, ya que es uno de mis favoritos, tengo que decir que aunque no tiene nada que ver con el original, al menos hay presencia de langostinos, cosa que normalmente no es así. Igualmente, tendría en cuenta otras opciones de la carta, ya que no me entusiasmó.
🔸 Pasión Blanca: A pesar de ser una recomendación por parte de la camarera, fue un postre muy plano, el cual no destaca nada en absoluto. Personalmente, no lo recomiendo.
🔸 Yuzu Surprise: Al igual que el anterior, también fue recomendado, y tanto la presentación del plato como la base de tierra era la misma que la anterior. Por tanto, quitando la textura helada y crujiente de la esfera, prácticamente estábamos comiendo lo mismo. Postre muy llamativo visualmente pero poco gustativo.
En conclusión, sitio a tener en cuenta si vives en la zona este de Madrid, pero que visitaría si hace buen tiempo porque sino en invierno hace bastante frío.
A mejorar los postres y la calefacción del restaurante, ya que comer abrigado no es muy cómodo para el comensal.