Es la primera vez en mi vida que me voy sin cenar de un restaurante.
Pedimos:
- Burrata (que estaba buena) con una vinagreta ácida y un mezclum de bolsa junto con dos lonchas de mortadella trufada (lo de trufada es un chiste).
- Croquetas de cocido, lo de cocido era por ponerle un nombre, porque sabían a chorizo unas y las otras a jamón del malo. Al menos, eran caseras.
- Patatas bravas requemadas con una salsa que dudo que sea casera a la que le añaden pimentón bastante tostado junto con alioli Chovi.
- Pepito con foe, la carne tierna pero cómo no iba a estarlo si el cocinero le está pegando martillazos en medio de la sala como si estuviésemos en una obra.
El agua de 33cl y porque no tenían una más pequeña, cobrándola a 1,5€…
El servicio te llama guapi intentando hacerse las graciosas pero uffff, es bastante desagradable. A pesar de que no son simpáticas, los tiempos entre los platos fue lo mejor de la velada.
Por comer 2 croquetas y 4 trozos de patatas congeladas y quemadas, la broma salió por 42€, a eso hay que sumarle 10€ del Burguer King al que tuve que ir a las 23:00h para acostarme cenado.
Nada recomendable, salir de casa con el frío que hacía para cenar así fue una de las peores experiencias de mi vida.
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