Un eco hotel muy bueno y bonito, cómodo, con juegos muy variados como billar, el sapo y un mini gimnasio, un mirador muy bonito, una piscina también tienes incluido un buen desayuno muy variado con rico chocolate o café de su misma hacienda y buena cena. Personalmente si te quedas en este hotel es para salir de turismo temprano en la mañana y regresar de noche, si viajas con menores de edad no hay mucha opción de comprar comida extra como un yogurt o fruta etc solo venden mecato, refrescos, licor y agua. Tienes que contratar transporte para ir al pueblo mas cercano.Gracias a Natalia la recepcionista muy amable con una agradable sonrisa, también Víctor y David, Felipe, realmente son demasiado amables todos