Ubicación inmejorable.
Es un hotel con unas vistas espectaculares sobre el mar Mediterráneo. Las habitaciones con terraza son un auténtico lujo.
Nos ha parecido más que impecable la higiene general de establecimiento.
Y lo mejor, con diferencia, la atención de todo el personal del hotel y en especial de su recepción. El trato y la atención de Begoña y de Evelin ha ido mucho más allá de lo que se espera de un buen profesional. Solo esto te da ganas de volver, o en nuestro caso de alargar la estancia.
En resumen, un lugar idílico a pocos minutos de Barcelona, al que escaparse a la mínima oportunidad.Más
- Servicio a la habitación
- Bar/Salón