Es un castillo que ha sido transformado en Hotel y desde el momento en que entras te reciben con una amabilidad extrema. Todo el personal es muy amable y desde el primer momento ya te dicen que puedes ir a inspeccionar el castillo por todas las áreas para que lo conozcas.
El castillo, aparte de las habitaciones para los huéspedes, todas grandes, cómodas y claras, tiene biblioteca, bar y comedor en zonas nobles del castillo. Incluso tiene habilitada la antigua capilla del hotel ( para celebrar bodas ). Todo es fantástico y muy acogedor. También tiene, aunque parezca increíble una zona de spa con un jacuzzi, baño de vapor y sauna. Nuestra habitación era inmensa, tenía una cama con dosel y un baño inmenso en un nivel superior de la misma.
Además está situado en un magnífico entorno, aunque eso si, te obliga a cenar en el restaurante del Hotel ya que no tiene ninguna población cercana. Puedes escoger entre dos menús, uno de más económico y normal y otro de más caro y sofisticado que se sirve en el salón de armas.
Fue nuestra última noche después de un viaje maravilloso por Escocia disfrutando de sus paisajes, castillos, costumbres, etc., y no pudimos tener mejor final para el recuerdo.