El Pazo es espectacular, y aunque solo sea una vez en la vida , vale la pena, pasar una o varias noches, para viajar en el tiempo y relajarte.
Las habitaciones y los salones parecen museos, y si te gusta observar tienes todo el tiempo del mundo , para disfrutar de una decoración que difícilmente encontrara en otro lugar.
Estuvimos muy a gusto , y si vas con animo de descansar es un lugar apropiado para ello .Lo único que no me gusto fue el desayuno. que me pareció muy simple
y no esta en correlación con todo lo que el "pazo" te puede ofrecer. Pero , volviera sin dudarlo . Precioso lugar