Desde que llegamos fuimos recibidos con mucha amabilidad y buena energía.
Amamos su ritual de exfoliación con café y entendimos que lo hacen tanto por los visitantes como por preservar la buena energía en las habitaciones.
Nos hospedamos en el Crystal Mushroom. Fue nuestra primer experiencia glamping y quedamos encantados. La vista es maravillosa, la noche muy tranquila, el amanecer precioso. Fuimos visitados por distintas criaturas del bosque que nos hacían sentir más parte de, que intrusos.
El cuarto puede ser muy caliente por la tarde y muy frío por la noche, pero cuenta con dos aires acondicionados y calefacción en la cama para atender ambas situaciones.
Las sky pools son muy lindas, con una vista impresionante. Entendimos que por razones de seguridad y ajenas al hotel, debiéramos abandonar la alberca cuando avecinaba una tormenta eléctrica. Pese a ello, tuvimos unas horas de total goce en las albercas.
La comida muy rica, aunque preferimos el día dos y tres salir a comer algo más típico de la región a la piedra del Peñol y Guatapé respectivamente.
Su hubiera algo que "criticar" sería que no ofrecen agua para beber en las habitaciones mas que la del frigo-bar.
En general, es un lugar hermoso, y una experiencia que valdrá la pena repetir. Sin duda recomendado.