La mayoría de los hoteles de Colombia dicen tener más estrellas de las que después demuestran sus instalaciones: en el hotel Macedonia esto no sucede. El cartel dice 3 estrellas, pero nos encontramos con algunos detalles que no hallamos en hoteles que dicen tener más categoría: camas nuevas tipo sommier, sábanas y toallas nuevas, blancas, perfectamente sanas y la atención 100% personalizada en un ambiente campestre hacen que uno ni extrañe no estar en el centro de Barichara: no molestan los 10 minutos de carro para ir a cenar por las noches. Nos alojamos en la habitación familiar (2 cuartos comunicados con 2 baños y sendos TVs de pantalla plana), que está en la parte de la hacienda original, remodelada para hotel y estuvimos sumamente cómodos allí. Los cuartos están muy bien aseados. Siempre preguntan qué va a querer uno para desayunar al día siguiente y se esfuerzan por complacer si se solicita algo fuera de lo que tienen disponible habitualmente. El baño a cielo abierto nos asustó un poco al principio (es como un patio trasero a continuación del segundo cuarto), pero cumplo en decir que una ducha allí al atardecer es una experiencia maravillosa, hasta para los niños. Cuando volvimos nos encontramos con un mail de Mariela preguntando qué tal había estado nuestro viaje de regreso. Nada más ilustrativo de lo que es una atención realmente personalizada. Gracias a todos quienes trabajan allí por hacernos pasar unos días...La mayoría de los hoteles de Colombia dicen tener más estrellas de las que después demuestran sus instalaciones: en el hotel Macedonia esto no sucede. El cartel dice 3 estrellas, pero nos encontramos con algunos detalles que no hallamos en hoteles que dicen tener más categoría: camas nuevas tipo sommier, sábanas y toallas nuevas, blancas, perfectamente sanas y la atención 100% personalizada en un ambiente campestre hacen que uno ni extrañe no estar en el centro de Barichara: no molestan los 10 minutos de carro para ir a cenar por las noches. Nos alojamos en la habitación familiar (2 cuartos comunicados con 2 baños y sendos TVs de pantalla plana), que está en la parte de la hacienda original, remodelada para hotel y estuvimos sumamente cómodos allí. Los cuartos están muy bien aseados. Siempre preguntan qué va a querer uno para desayunar al día siguiente y se esfuerzan por complacer si se solicita algo fuera de lo que tienen disponible habitualmente. El baño a cielo abierto nos asustó un poco al principio (es como un patio trasero a continuación del segundo cuarto), pero cumplo en decir que una ducha allí al atardecer es una experiencia maravillosa, hasta para los niños. Cuando volvimos nos encontramos con un mail de Mariela preguntando qué tal había estado nuestro viaje de regreso. Nada más ilustrativo de lo que es una atención realmente personalizada. Gracias a todos quienes trabajan allí por hacernos pasar unos días maravillosos!Más