Considerando la pandemia los precios del lugar se hicieron accesibles para mi economía. Fuimos con mi esposo y 3 hijos a una escapada en medio de la semana. El personal te recibe muy amablemente y con todas las medidas de bioseguridad. Recibes una breve explicación de porqué es un lugar único y de lo que debes aprovechar en tu visita. Todo es muy personalizado. La comida es un lujo en presentación y sabor. Las habitaciones muy confortables y muy privadas. Encuentras algunos obsequios útiles. Dispones de una boutique con implementos básicos por si te olvidaste algo aunque traje de baño para hombre no hubo. Visitamos una cascada luego de una caminata divertida por un sendero seguro, la torre de observación que con un día despejado se pudo visualizar un paisaje único, el paseo en bicicleta aérea a unos 50 m tal vez del piso, la libélula atravesando los arbustos más altos y disfrutando de pájaros de colores, ríos y cascadas que puedes observar desde esa altura, gozar del silencio y de la oscuridad en una expedición nocturna que encantó a mis hijos, un mirador donde acuden muchísimos colibríes y tangaras, y todo esto acompañado de un guía que conoce mucho y te lo hace pasar mejor. Sólo estando allá entiendes porqué es tan costoso. Más
- Estacionamiento gratis
- Restaurante