¡Amé mi estadía en La Ceiba! Fue mi primera experiencia en el Amazonas, y la disfruté de principio a fin. El hospedaje es muy cómodo y acogedor, la comida es deliciosísima, los planes son una nota, y ni qué decir de los anfitriones. María, Manuel, y toda la familia, son muy serviciales y te hacen sentir como en casa. Lo mejor es que se trata de un proyecto de turismo comunitario y ecológico, orientado a la conservación del Amazonas. ¡Volveré!
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Toman medidas de seguridadToman medidas de seguridad
El encanto de este lugar así como la amabilidad de los residentes y anfitriones como doña María y don Manuel así como el resto de familiares, es adictivo, no quieres que el tiempo se acabe. La tranquilidad y seguridad que se siente en el lugar es incomparable.
Me gustó muchísimo, una experiencia totalmente diferente
La comida fabulosa Maria se esmeraba por darnos platillos deliciosos y frescos asi como por darnos a probar nuevos sabores para todos, las excursiones igual todo muy bien organizado, aprovechabas muy bien los días, las habitaciones estaban limpias y la familia era muy atenta
Volveria sin duda
María y Manuel ofrecen su gran hospitalidad, atención y unas delicias gastronómicas imperdibles, acceder a La Ceiba es muy sencillo desde Leticia o desde Puerto Nariño; ambos están siempre pendientes de atender las inquietudes y necesidades del visitante; pero este no es un hospedaje como muchos otros.
El hospedaje de La Ceiba se localiza en la comunidad de Mocagua, un resguardo de las comunidades Tikuna, Cocama y Witoto (entre otros) a orillas del río amazonas que trabajan para mantener sus iniciativas ecoturísticas con un enfoque de bien común, por lo tanto alojarse en La Ceiba no es solo pasar la noche en un hotel, se trata de toda una experiencia donde se puede aprender de su filosofía, su modo de ver la vida y apoyar su importante cambio hacia la preservación de la fauna y flora local, En la comunidad de Mocagua se puede disfrutar de avistamiento de fauna, senderismo, gastronomía, canotaje, se recomienda realizar el recorrido guiado por la comunidad, y visitar el santuario y hogar de paso para la rehabilitación de monos.
En un reciente viaje de vacaciones a Colombia, he podido conocer la selva amazónica y descubrir este maravilloso hotel.
En un entorno único, con un trato excelente por parte de Manuel y los demás componentes del equipo.
Hemos podido disfrutar de excursiones únicas y por supuesto de unos guías inmejorables, que nos han contado absolutamente cada detalle de cada rincón al que íbamos.
Poder disfrutar de este hotel con unas cabañas muy bien acondicionadas y con todo el encanto y magia que puedas imaginar estando en mitad de la selva amazónica. Por supuesto los excelentes desayunos, comidas y cenas, preparadas por María, una magnífica cocinera, que a cada plato que prepara le pone todo el amor del mundo. Todo muy rico.
El ambiente familiar que se crea entre los turistas, también hace de este lugar un sitio muy especial
Deseando volver.
El lugar no puede ser más precioso. En la comunidad indígena de Mocagua, Manuel vino a buscarnos al embarcadero y nos acompañó a su ecohotel de madera, totalmente nuevo, amplio, cuidado, limpio, con muy buen ambiente familiar (tanto por los trabajadores como por los demás alojados). Nuestra cabaña bajo la gran Ceiba era espectacular, tenía dos niveles y un balcón a la selva! Despertar con los sonidos de la selva, desayunos, comidas y cenas espectaculares con frutos y pescados del lugar gracias a María, gran cocinera. Hicimos todas las actividades (avistamiento del delfines, fundación Maikuchiga, lago Tarapoto, Vista Alegre en Perú) con los hermanos de Manuel, grandes conocedores de la zona y muy amables. Gracias a todo el personal por una estancia irrepetible que ya echamos de menos.
